Leyendo un libro, mientras espero.

jimmy300509-esperando01
Menos mal que me traje el libro. Encima de que he llegado antes, él se retrasa.

He tenido suerte. Mi jefe me pilló al salir de trabajar. Me llamó a su despacho. Me ha metido un rollo… emepzaba a pensar que era un rodeo para despedirme. Las cosas no van bien en la empresa. Al final, no ha sido eso. Me ha felicitado por el trabajo de esta semana. Eso sí, me ha dicho que no me despiste. «Las cosas no van bien, Areko», me ha dicho con voz solemne. Me ha contado que ha tenido que renunciar a ciertos privilegios que se había ganado. Pero… prefería perder algo de dinero a tener que despedir a alguien. María, luego, me ha dicho que ha renunciado a una pasta… Los Supremos le habían pedido la cabeza de dos personas de su equipo.

Después de hablar con María me he quedado un poco preocupado. Yo soy el último en entrar en ese departamento, así que, lo más natural es que fuera el primer damnificado si hubiera recortes. Las palabras de mi jefe toman otro derrotero… quizás era una advertencia… el lunes debería buscar la oportunidad de hablar con él otra vez a solas…

Cuando mi jefe, y después María, me entretuvieron cuando salía de la oficina, pensé que mi cita se iba al garete. Menos mal que al final, Eloy me ha acercado en coche. Que hombre más raro es este Eloy. En la oficina parece un amargado, parece que odie a todo el mundo. Sale por la puerta y es la persona más encantadora que te puedes echar a la cara. Por lo menos conmigo.

Y aquí estoy, en el parque. Esperando a Javi.

Cuando quedo con Javi, me suelo traer un libro. No suele ser muy puntual. No es que lo haga a posta, que yo sé de alguno que sí, llega tarde a posta. Pero siempre le lían. No sabe decir que no, y cualquiera que se encuentra, al final… O eso dice él.

Esta es nuestra tercera cita. Le conocí a través del blog. Era el primer blog que conocía de alguien de mi ciudad. Hasta me emocioné. Nos comentamos, nos mandamos un par de mails, hablamos por el MSN, luego un día me llamó por teléfono… y al final, hace unas semanas, quedamos.

Charlamos. Nos contamos nuestras vidas. Él estaba un poco asustado. Pensaba que cualquiera que nos viera iba a deducir inmediatamente, primero, que yo era gay, y después, que él también lo era, incluso que nos acostábamos juntos. Yo intenté tranquilizarle… pero la siguiente cita, al cabo de 10 días, fue igual. Constantemente mirando alrededor… hasta creo que estaba inventando una excusa por si se encontraba con alguien. Tampoco creo que hubiera nada que explicar. Dos amigos, charlando en una cafetería. Esta segunda cita fue un poco más corta. Yo creo que estaba todavía más nervioso que en la primera. Me habló mucho de sus miedos… de que estaba acojonado porque alguien descubriera que era gay…

Hace una hora que habíamos quedado. Le mandaré un mensaje.




Al final me contesta:
«no m spers borra m tlf no puedo vert + srte.»


Se está bien en el parque. Me ha fastidiado la tarde del viernes. Ya no puedo hacer otros planes. Así que me quedaré leyendo un rato más. Luego iré a casa a cambiarme de ropa y quizás me vaya al cine.

Casi se me olvida contestarle al mensaje:
«OK»
¿Para que más?




He llegado a casa. Me he quitado los pantalones del traje que he llevado a trabajar, he colgado la americana. Me quité la camisa y saqué de la mochila la corbata. Al final, decidí desnudarme completamente y darme una ducha antes de ir al cine.

Por costumbre, he encendido el ordenador. He mirado mi blog, nadie me ha comentado. He mirado mi correo, no tengo ninguno nuevo. He ido al blog de Javi, y… lo ha borrado.

Parece que va en serio. Me caía bien ese chico.

Me he quedado mirando un rato la pantalla, sin ver nada. Mil preguntas me asaltan. Ninguna respuesta.

He apagado portátil.

Me levanto y me voy al baño. Abro el agua caliente. Muy caliente. Y me meto debajo del chorro. Casi me abraso.

Dos citas. Solo. Pero sin darme cuenta, me había agarrado a él como un salvavidas. Una posibilidad de tener un amigo de otro tipo.

Mis lágrimas se mezclan con el agua, muy caliente, que cae por mi cuerpo.

Cosas de gays… ¿cosas de sexo?

Pues aquí estamos ante la pantalla en blanco, dispuestos a pasar un rato escribiendo… de cositas de gays. No, no, hoy tampoco toca hablar de sexo. Vale, es lo que muchos dicen que hacemos siempre, a parte de hablar en femenino, y poner a parir lo que lleva la chulapa de la mesa de al lado. Pero, lamento decepcionar una vez más, y no, no hablaremos de modelitos, ni de sexo. Y no, tampoco hablaremos de quien la tiene más larga y gorda. Y no, no hablaré en femenino.

Vale, vale, querido auditorio, otro día hablaremos de eso. No os pongáis así… ains.

Venga va, hablemos un poquito de sexo. Al menos tangencialmente. (tamaños para otro día).

Hay una creencia en alguna de las editoriales que publica libros para gays, de que,  si no hay sexo en una novela de gays, no tiene la menor posibilidad de éxito. Esa editorial por ejemplo, publica todos sus libros con portadas en los que se puede ver a guapos chicos a pecho descubierto. Chicos que por cierto, no suelen tener nada que ver con los protagonistas. Porque bueno, si el autor ha imaginado a su protagonista como pelirrojo de pelo rizado y ojos verdes, estaría bien que el chico de portada no fuera rubio platino con ojos negros… negros.

Y  con las pelis pasa un poco lo mismo. Parece como si fuera imprescindible que hubiera escenas de sexo. Como además en general son películas medio independientes, que no van dirigidas a un público mayoritario, no importa mucho la clasificación de las mismas, por ejemplo en USA. No, no es que no esté bien, que creo que a nadie le amarga un dulce… y creo que la mojigatería tampoco va a ningún sitio… pero digamos que… si viene a cuento.

De todas formas, yo he leído novelas de gays en que el sexo no aparece. Y creo que no pasa nada. Que no lo he echado de menos. Creo que hay muchas historias con gays de protagonistas que pueden hacernos sentir, llorar, reír, o sentirnos identificados, y no se necesita imperiosamente que el sexo aparezca ya en la primera página. Llevo desde hace muchos meses en la bandolera un libro que me recomendaron fervientemente, “Estoy Preparado” de Khalo Alí, que todo gira hacia el sexo. Son capítulo tras capítulo distintas escenas sexuales, recorriendo todos los fetiches que puedas imaginarte. Prostitución, sado, juegos con frutas y líquidos, diferencia de edad, dominación, bondage, sexo salvaje, sexo “amoroso”, hermanos, tíos… Pero bueno, aunque la verdad es que las escenas son excitantes, algunas más que otras, a mí, la verdad es que me está costando acabarla. Y tiene pocas páginas. Pero… no sé… la consistencia de los personajes, el hilo que une estas escenas… es tan endeble, tan poco armado que… siendo un libro caliente, me deja frío.

Me gustaría que otras historias tuvieran su oportunidad. Pero quizás, algún día, haya alguien que rompa un poco esta tendencia. Y publique no solo novelas con sexo, sino que también publique novelas con unos personajes que lloran, ríen, se equivocan… y hagan que los lectores, puedan incluso sentirse a gusto consigo mismos, al ver otros chicos iguales a ellos. Tampoco es necesario que sean chaperos, o que se droguen. Creo que muchos gays necesitan leer libros en los que se puedan sentir de alguna forma identificados. Que les ayuden a sentirse bien con ellos mismos. No sentirse bichos raros en cualquier equipo en que quieran incluirse.

Está claro que, si algún día me decido a intentar publicar un libro, tendría un éxito equivalente a 0. No lo publicaría ni a la de 3.

Porque mira que esto del sexo nos acompaña a los que somos homosexuales. Esto es como cuando esos a los que no les gustamos mucho, y que parece que nos odian un poco, se meten con los cuartos oscuros, con las paredes esas llenas de agujeros… como diciendo que somos enfermos por recurrir a esos sistemas. Y bueno, a mí no me gustan. Ni lo uno, ni lo otro. Pero… tienen su justificación. Y la culpa de ello, la tienen precisamente esos intolerantes que, a lo largo de la historia, y ahora mismo, intentan apalear, demonizar, a los que no tenemos los mismos gustos sexuales que la mayoría.

Todos esos “sitios” para encuentros sexuales, tiene su causa precisamente, en la necesidad de anonimato que, incluso hoy en día, tienen muchos para poder disfrutar de su cuerpo. Para muchos, es la única forma que encuentran para ello. Sexo fugaz, anónimo, que al menos les hace sentir un poco satisfechos por un tiempo. No nos olvidemos que todavía hay muchos gays que se esconden en un matrimonio con una mujer, porque no encontraron la manera de hacer otra cosa. Y porque una vez formada una familia, sobre todo si hay niños por medio, es muy difícil romper con todo eso. Porque hay todavía muchos que, por su situación social, familiar o de cualquier otra índole, no pueden vivir su homosexualidad con normalidad. Sin tener un miedo atávico a ser descubiertos. Y quizás, también, a veces, nosotros mismos, tampoco ayudamos a muchos de esos hombres a que se sientan cómodos consigo mismos. A esos chicos que no se sienten cómodos con los clichés que, nosotros mismos a veces propugnamos. A veces, les hacemos sentir raros… raros entre los raros.

Ojalá cada vez sean menos los hombres que se sientan mal consigo mismos por sentir que, aman a otro hombre, en lugar de a una mujer. Ojalá esos chicos que lloran en la soledad de su habitación, o en el servicio encerrados, o bajo la ducha, o sentados en un banco en cualquier parque del Mundo, con la mirada perdida en la nada. Ojalá cada vez sean más los chicos, los hombres de cualquier edad que, no hagan caso a esos que proclaman el odio y el desprecio… y recuperen su amor por ellos mismos. Amor éste que es, el amor principal para seguir adelante. Que vivan su sexualidad como quieran… pero que la vivan. Sip.

Al final, todo ha girado hacia el sexo. A ver si va a ser verdad… jijijiji… que solo sabemos hablar de sexo… jijijijiji.

Pero al menos, no he hablado en femenino, ¡¡muñeca!!

¡¡Qué vida más dura!!

La Feria del Libro… se acaba.

Algunos habrán ido a pasear por allí… en Madrid por el Retiro, en Burgos, por el Espolón (en Burgos acabó ya el domingo pasado).

Algunos habrán ido a ver a sus autores favoritos. Y si además de autores son televisivos, mucho mejor.

Incluso algunos habrán comprado algún libro. O muchos.

Yo este año no he paseado por la Feria. Por ninguna de las dos. Así que no puedo confesar… lo que os preguntaré a vosotros…

¿Qué libros os habéis comprado estos días?
¿Qué uso les vais a dar?
¿Los usaréis para adornar la el Salón? ¿Los usaréis para apoyar las piernas cuando estás echando la siesta? ¡Para calzar la mesa que cojea del living room?

¿Os habéis comprado algún libro con historias de gays?

No seáis tímidos… contestad.