III Semana del libro: «El cuerpo» de Stephen King, por Adri y epílogo.

La hostia, el Jaime, tela con él. Como está más liaó que las putas el lunes de Pascua, pues el jodío me la endiñao que escriba aquí el final de la semana del libro esta que ha estao poniendo el tío.

Y nada, pues que me dice el pavo que le cuente a la peña el libro que he leído y tal, yo que me quería escaquear y tal. Y me da palo, que la peña estaba ahí a la que salta, con muchas cosas en la mollera que largar y tal, con lo de los maricas en la guerra del Hitler ese, y que joder, la de cosas que he aprendido. El Pere y el Pucho, los pavos, joder lo que saben y tal, y como se ponen a largar. Y la virginia que se ha cascao un comentario de diez, joder, y el Pucho con esos dibujos japos que mueven el coco como el activia ese mueve lo otro, o eso dicen en la tele, qué cansinos. Y joder, con el Pere largando del libro del Jaime. Mola guay. Está el Jaime que parece que va como en una nube, con dos palmos del suelo. Os lo juro. Es que el «Tomate otra» es guay, si no lo habla el Pere a lo mejor le hubiera dado la sorpresa y lo hubiera comentado yo y tal. Sabes, casi salgo yo en la novela. Pero se alargaba ya el tema, pero estaba ahí, apuntico para hacer mi entrada triunfal en el «Tómate otra, Sam». Hubiera molado, joder, la peña habría alucinado y tal. ¡Yo un  puto personaje de novela! La hostia. Tchiss, pero me ha jurado que en la próxima, fijo salgo.

A lo mío. Pues estuve con el Jaime leyendo y tal, que me quedé a pasar la noche (como mola eso de “pasar la noche”, la hostia) en su choza, joder, estaba el pobre hecho ploff, de bajón y tal, y me quedé a abrazarlo un poco y tal. Me dejó, que conste, y durmió como un niño peque, como el Juanlu, el hijo de la Paqui, del tercero de atrás, que se mete el dedo gordo en la boca y se queda ploff en cuanto cierra los ojos.

Yo alguna noche le canto y tal, que le gusta al jodido que le cante, y eso que lo hago como el culo, pero guay, al crio le mola y tal. La Paqui me dice que tengo mano con los críos. Será por eso que me mola el Jaime, que es como un crío mayor y cascarrabias.

Me está mirando atravesao, que ha levantado la cabeza para leer lo que escribo el jodio. Chitón que viene de la cocina con un cuchillo asín de grande y da canguelo, joder. Que cuando se pone el tío de malas pulgas, joder, joder, joder.

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Pues que el Jaime me dio un libraco peque, que como me quejé la hostia en el preámbulo (A veces me da miedo lo que me fijo y tal, que se me quedan palabros que luego la peña alucina en colores y tal) de que me endiña libracos asín de gordos y tal, me dio uno peque que además está guay porque tiene dos relatos de un pavo que se llama Stephen King (lo he copiao así que tela de bien que ha quedao). Me decía el Jaime que el pavo ese es un escritor que le suele dar al terror y tal, que me ha enseñao algunos libracos de él que son como ladrillos, joder, cómo se puede leer libracos tan gordos y tal, y que encima te acojonen. Joder, es que no sé como le gusta a la peña leer para acojonarse o ver una peli para acabar hecho una caca de perro con los ojos así que se salen del miedo. Joder, yo es que una vez un cliente, joder, le dio por ponerse en plan…

Vale, vale, que el Jaime me ha echao la bronca otra vez, que me voy de lo que debo estar. Eso lo dejo para que lo cuente él, o lo hago en otro día y tal.

Pues que el relato que he leído se llama “El cuerpo”.

El finde pasado, la tarde del sábado, pues estuvimos los dos aí viendo una peli, que se llama “Cuenta conmigo”. Pues es el relato que se basa la peli. Fue guay la peli, aunque me quedé transpuesto que se dice, pero solo un rato, que estaba yo hecho una caca, mucho curro esa noche, joder, para un día que las chapas se dan guay, pues tira millas y tal, pero fue un palo, que me molaba mucho la peli pero me quedé sobao. El Jaime también se quedó transpuesto y tal, que me lo dijo, pero él ya había visto la peli cantidad de veces.

Pues el libraco va de que hay cuatro amigos canijos que resulta que se van al bosque de su pueblo, porque resulta que un colega del cole o algo así, pues que parece que la ha palmao, y todo el pueblo pues le da a la lengua y tal pero la peña no mueve el culo para ir a buscar al pavo ese que las había palmao. Y estos capullos se van para ver el cuerpo y tal. Y son cuatro amigos muy amigos, joder, que me molan estas aventuras, no por las aventuras, sino por los colegas así fuertes, lo que llaman amigos y tal, que se quieren la hostia y se cuidan y hablan y tal. Yo con la peña no tengo esa cosa, joder, ni con el Pablo, que es mi colega así más colega, pero ni de coña nos contamos todo y tal, algunas pavadas sí, pero las cosas gordas y tal, na. Con el Hugo sí que le contaba, pero era distinto, joder. Y con el Jaime también, porque es un tío que tiene oídos y no me da la tabarra con que soy así, y que mal, y que joder como la cago y tal. Me sonríe y tal y me abraza y me besa en la mejilla y así, aunque yo a veces intento girarme para que me bese los morros, que me molaría besarle en los morros, pero el tío no cae y tal. Sonríe el tío y me guiña así el ojo y suelta: otro día. Otro día, dice, será hijo de puta…

Pues que esos chicos se van al bosque, y les pasan cosas, pero cosas de colegas, nada así a lo grande, pero son amigos y saben aunque no digan, y están ahí, para darse colegueo, y tal. Y eso que a cada uno pues tiene su cruz y tal, que a uno le zurran en casa y a otro también, y otro sueña así como con ser escritor, como el Jaime y tal, pero de otra forma, y pues que joder, cuando te zurran o tienes así alguien que a menos te mira y tal sin hacerte sentir una mierda, encima, pues que mola. Por eso me gusta el libro y tal. Hasta le dije a uno que me timbró para una chapa que estaba con una polla en la boca y no podía ir i tal. Que si eso, otro día. Era mentira, pero joder, me quedaban unas páginas y joder, no me ape dejarlo así y quería darle boleta para que el Jaime se sintiera guay y tal, que anda así como triste, serán las Navidades o el curro, o la jodida vida. Y tampoco era de decirle al pavo ese que estaba con un libraco, que uno tiene su prestigio entre la peña, y que si cambio una chapa por un libro, el negocio se me jode a la voz de ya. ¿Vale?

Y que me ha molado el libro, y que le voy a decir al Jaime que veamos otro día la peli, así los dos juntitos, con una mantita tapados los dos y tal, y que me deje apoyar la cabeza en su hombro mientras la vemos, que sí, que me ha molado.

Luego el libraco que me dejao tiene otro relato también, pero de ese no me ha dado tiempo. Que luego debí recuperar las chapas, que la cosa está jodida y tal, y para unos días que hay curro, no me puedo escaquear.

Pues que con esto el Jaime, dice que ya se ha acabado la Semana del libraco. Que luego habrá otra así más larga, por abril o así me parece que me dice. Así que podéis ir escribiendo alguna cosa para ella y guardarla o se la mandáis por mail y tal, que él las guarda.

Ahora son las Navidades, así que habrá cosicas de Navidad, el cuento del escritor y la puta navidad, que si mandáis algo, un regalo, un cuento, una canción, que él las pone. Bue, el regalo, no, que para eso será un regalo, digo.

Y si dice algo de un Príncipe, que le den, que ya me tiene a mí, que yo soy legal y no le dejo tirao. Y le voy a tirar fichas que me mola.

Que si eso, paséis unas navidades guays, con mucho cordero asao y tal, cordero de Burgos, claro y un buen caldo (¿Se dice asín?) de la Ribera de Duero. ¿Vale?

Yo si puedo me escapo de las chapas un rato y le daré un beso al Jaime, si puedo en los morros. Aunque la cosa está jodida, que hay mucho que estas noches quiere un poco compañía y una buena… eso. Yo cobro una pasta estos días, y estoy a tope.

Que me lío. Joder, que Feliz Navidad y esas pavadas.

Qué Fin de la III Semana del libraco.