Una canción de amor.

Perdido pero amor.

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Una canción que vale para hombres y para mujeres.

Recuerdo que años atrás
Alguien me dijo que debía tomar
Precauciones cuando se trata de amor, lo hice
Y tú eras fuerte y yo no
Mi ilusión, mi error
Era imprudente, lo olvidé, lo hice

Y ahora que todo está hecho, que no hay nada que decir
Te has ido y sin ningún esfuerzo
Has ganado, puedes seguir con tu camino, diles

Diles todo lo que ahora sé
Grítalo desde los techos
Escríbelo en el horizonte
Todo lo que teníamos ahora no está
Diles que fui feliz
Y que mi corazón está roto
Todas mis cicatrices están abiertas
Diles que lo que tanto esperé era
Imposible, imposible
Imposible, imposible

Caer del amor es difícil
Caer por traición es peor
Confianza traicionada y corazones rotos
Lo sé, lo sé
Y pensar que todo lo que necesitas está allí
Depositar fe en el amor y en las palabras
Las promesas vacías se desgastarán
Lo sé, lo sé

Y ahora, que todo está hecho, que no hay nada más que decir
Y si te has ido avergonzándome
Por tu cuenta puedes seguir adelante, diles

Diles todo lo que ahora sé
Grítalo desde los techos
Escríbelo en el horizonte
Todo lo que teníamos ahora no está
Diles que fui feliz
Y que mi corazón está roto
Todas mis cicatrices están abiertas
Diles que lo que tanto esperé era
Imposible, imposible
Imposible, imposible

Recuerdo que años atrás
Alguien me dijo que debía tomar
Precauciones cuando se trata de amor, lo hice

Diles todo lo que ahora sé
Grítalo desde los techos
Escríbelo en el horizonte
Todo lo que teníamos ahora no está
Diles que fui feliz
Y que mi corazón está roto
Todas mis cicatrices están abiertas
Lo que tanto esperé era
Imposible, imposible
Imposible, imposible
Imposible, imposible
Imposible, imposible.

Aquellos hombres tristes

Borja ha escrito un gran relato. Deberíais leerlo.

Luz de mercurio

La primera vez que su padre le vio llorar le cruzó la cara. Desde entonces ha evitado hacerlo. Los hombres no pueden ser débiles, no pueden llorar. Le inscribieron en fútbol, era el portero. Odiaba ese deporte, pero no podía hacer otra cosa. Todos los domingos su padre y su hermano mayor se sentaban ante la televisión, gritaban y bebían cerveza hermanados por algún sentimiento que a él no le afectaba. También le obligaban a sentarse junto a ellos. Él miraba la televisión sin ganas, incapaz de saltar del sofá como un resorte igual que ellos. Cuando podía se escapaba para ayudar a su madre, ésta le miraba con tristeza y callaba. Si el equipo al que la familia apoyaba oficialmente ganaba, no había mayor problema, la felicidad de la victoria emborrachaba a su padre (el alcohol también ayudaba) Si por el contrario perdían, su actitud pasiva era reprochada, los…

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I Semana de la música: Dídac nos trae el Concierto para Clarinete de Mozart.

Concierto para clarinete de Mozart.

Orquesta sinfónica juvenil de Caracas

Dirige: Jesús Uzcategui

Solista: Karim Somaza

Un clarinete en Valderrobres

Muchas personas suelen asociar el clarinete como un instrumento de Banda, quizás porque su misión en las partituras para banda es importantísima; en las bandas predomina el viento y este es del viento, el más sutil. Sin duda estamos ante un instrumento que tiene precisamente un sonido de aromas envolventes como santo y seña.

Creo que el concierto para Clarinete y orquesta de Mozart es una composición de gran belleza y construcción de la armonía aunque no es ahora enjuiciarla técnicamente, personalmente es una partitura importante en mi vida, y esto es lo que hace que la haya elegido para esta semana de la música. Precisamente porque hay una persona que ha sido un ejemplo en mi vida de tesón y lucha por la música, pero también por otros aspectos de la vida que lo hacen tan grande para mí. Se trata de mi abuelo Andréu al que no tuve la suerte de conocer ya que falleció cuando mi padre solo tenía 4 años.

Mi abuelo era de Valderrobres en la comarca del Matarranya, provincia de Teruel. Cuando tenía 6 años e iba a la escuela pública se incorporó un maestro que sabía música. Se llamaba Rafael y era de un pueblo de Castellón llamado Nules. Don Rafael tocaba el clarinete y fue eligiendo a los distintos niños de aquella escuela elemental para enseñarles solfeo y las primeras lecciones de música. La conexión entre maestro y alumno a través de la música fue rápida e intensa. Parece, por lo que dice mi abuela, que el oído del pequeño Andréu era excelente y que en dos años había aprendido solfeo con soltura y se manejaba bien con las notas del clarinete; y solo con 8 años. Claro está que el clarinete era el de Don Rafael.

A través de los contactos de el maestro con distintos músicos de Castellón, mis bisabuelos pudieron comprarle un clarinete de segunda mano (tal vez alguna más) a mi abuelo, que costó la nada despreciable cifra para aquellos años de 97 pesetas del año 1934. Con clarinete parece que el progreso de Andréu fue significativo, pero como poco dura la alegría en casa del pobre, llegó la guerra y la guerra no solo afectó evidentemente a mi abuelo. Claro está, todos los ciudadanos del país se vieron afectados; ante el cariz de los acontecimientos evidentemente se acabó la música y llegó la tristeza de cambiar el sonido de la notas por el sonido de las balas.

Terminada la guerra y ya con 14 años se acabó la escuela -a trabajar al campo-. Pero la música es como una hada que cuando te rocía con polvo de estrellas no puedes abandonarla y todos los sábados un interminable viaje en tren hasta Alcañiz para seguir con las clases que un músico local daba al módico precio de 1.50 pesetas. El viaje una odisea que mejor os lo cuento en otra ocasión. Y así, Andréu y su clarinete de ocasión o tal vez de varias ocasiones, le fueron acompañando a lo largo de su vida; de hecho cuando tenía 20 años con el resto de compañeros de aquella generación que había iniciado Don Rafael, crearon una primitiva Banda de música en Valderrobres que poco a poco se fue disolviendo por ese otro estigma que fue la emigración para tantos pueblos del Aragón más rural.

Andréu marchó a vivir a Tortosa, y allí nacieron sus hijos mis tías y mi padre y trabajó duro, formó parte de la Banda de Música tortosina, su gran pasión. Como me cuenta mi abuela “el diumenge al matí, abans de sortir de casa, tocava el clarinet i ens feia ballar a tots” .

Con 30 años se marchó a tocar el clarinete entre las estrellas y las hadas. Os cuento que tanto el clarinete traído desde Castellón como uno de nueva factura comprado en Zaragoza poco antes de morir, los conserva mi abuela. Puedo decir que contemplarlos es una emoción enorme.

Por último quiero homenajear a Don Rafael. Como podéis imaginar, fue detenido tras la guerra civil y enviado a un campo de concentración por rojo, y debo decir que la intervención decisiva del párroco de Valderrobres evitó un final trágico y consiguió la puesta en libertad del maestro. A cada cual lo suyo y mi agradecimiento pues al Señor Cura. Don Rafael no volvió a ejercer de maestro y acabó trabajando el campo en Castellón. Pero siguió con la música a través de la Banda de Música de Xilxes de la que sería director. Falleció en 1980. Mi recuerdo para él y todos esos profesores anónimos que hacen de la música un vehículo para hacernos mejores y esto quiero recordarlo ahora que estamos en esta zozobra de recortes sin sentido que envilecen la enseñanza de forma mezquina.

I Semana de cine: «A Roma con amor».

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Vais escuchando a este hombre, y empezamos.

Es que he pensado en seguir con al senda que empecé con “El nombre”, gran reseña, por cierto, ejem, que no solo vamos a hablar en esta I Semana de cine, que por cierto está quedando cojonuda, bueno, solo falta que tú te animes y tú también… y así pues somos alguno más por aquí… pero está quedando cojonuda… no lo neguéis… Joder, otra vez me he perdido. Ya queda poco… así que apresuraros. Solo una semanita.

¡Ah sí!

Que os decía que no solo vamos a hablar del cine antiguo, y demás. Hablemos también del cine que está ahora en las salas… y he pensado que en lugar de escribir reseñas y guardarlas para cuando acabe la semana, pues oye, incluyo alguna ahora. Porque luego acabada la Semana del cine (oye que está quedando… ¡¡Fantástica!!), tampoco es cuestión que al día siguiente pues me ponga a hablar otra vez de cine.

Así que hoy, queridas y queridos, vamos a hablar de una película.

De Woody Allen.

Este es un señor que últimamente se ha dedicado a ir de turismo y aprovechando, pues rodaba películas. Estuvo en Londres, no le que quedó mal aquella, estuvo en Barcelona, y según dicen las crónicas mejor que no hubiera parado allí a hacer una peli, estuvo en París, y a mí me gustó, no es para tirar cohetes, pero bueno… y ahora toca Roma.

A Roma con amor”.

Pregunta:

¿Debo ir a buscar a Roma a mi príncipe?

Na, na, porque luego resulta que el amor… no es tan amor ¿eh? En Roma al menos… el título para matar al publicista que se le ocurriera, o si fue a Allen, bueno, bueno.

Jaime, centrate y al toro, o al lío, como decía el otro. A ver:

Tenemos a un arquitecto famoso de vacaciones. Tenemos a una rubia pizpireta también de vacaciones. Tenemos a una prostituta a la que pagan por hacer pasar un ratito entretenido a un amigote. Se equivoca de amigote. Tenemos a un chico, abogado, de izquierdas, rojo, sindicalista que se enamora perdidamente de la rubia pizpireta, la de las vacaciones. Tenemos al padre del sindicalista rojo, empresario de pompas fúnebres que canta en la ducha. Joder, pero como canta, que es un chico que se llama Fabio Armiliato, (el del vídeo del principio) que parece que es muy conocido por escenarios de todo el mundo. Y tenemos al padre de la rubia pizpireta, que casualidades de la vida, es director de ópera. Eso sí, retirado. Eso sí, un poco loco, que el papel es el de Woody Allen. Su mujer, es psiquiatra, con lo cual así se ahorran una pasta, porque es ella la que lo psicoanaliza.

Tenemos a la novia del arquitecto joven. Otra rubia pizpireta y simpaticona. Y tenemos a la ninfómana, loca, y demás de la amiga de la novia del arquitecto joven. Morena y sin atractivo, al principio. Pero luego… jajajaja, ¿Podrá el chico arquitecto joven, que por cierto se pone rojo cuando le preguntan si lo ha hecho con un hombre, jijiji, aquí hay tomate… podrá digo, contenerse ese chico con la amiga de su novia?

Nos falta la pareja de pueblo. Que llegan a Roma con aspiraciones. Pobrecitos, la que les espera…

Todo esto, agitado… como era lo del martini de James Bond… ¿revuelto y no agitado? ¿O al revés? Me cagüen, es no me ayudáis en nada.

Por favor, y se me olvida el Benini. Perdón, Benigni. Roberto. Roberto para los amigos es… es un tío que un día se encuentra que sin comerlo y beberlo, es famoso. Es perseguido por una turba de periodistas micrófono en mano, invitado a los telediarios a contestar preguntas tan sesudas como: ¿desayuna antes de afeitarse? Y le invitan a los programas de opinión… pero él no ha hecho nada, eso sí, aprende rápido a sacarle provecho… Un hombre feo como el Benigni se convierte en un perfecto ligón… qué tías se liga el… iba a decir capullo de él… en fin.

Vale, y se me olvida el famoso que sí se sabe por qué: el actor que se quiere beneficiar a la fan.

Todo esto lo juntamos y tal, como decía antes, y ahí tenemos “A Roma con amor”.

Pues mira, que me pasé un rato agradable. No es la película del año, ni mucho menos. Ni la película mejor de Woody Allen. Le puedo sacar pegas, varias. Una el principio, es como si fuera un prólogo de una de mis semanas. Pero en la película yo entiendo que no funciona. Y es más, a mi por eso, casi me costó entrar en ella. Lo mismo pasa con el epílogo. No le encontré el truco.

El tiempo en esa película es relativo. No sé si es bueno o malo. Digamos que un día en una de las historias, son semanas en otras, y aún así están mezcladas. Es la magia quizás que utiliza últimamente Woody Allen. La utiliza también en la relación entre el arquitecto joven y el famoso. Licencias literarias, como si dijéramos. Podríamos hablar también evidentemente de justificar el dinero que le dan sus patrocinadores, y la necesidad de fotografiar Roma, o sea de convertir la película en una postal.

Y bueno, esa digamos tendencia de alguno de sus actores a imitar a Allen… o a lo mejor es que sigue buscando a ese sosías que le represente en todas sus películas, pero que parece que no acaba de encontrarlo a su gusto… a mí Jesse Eisenberg me gusta… aunque yo creo que yo no a él… huy, perdón, que estaba hablando de cine, no de príncipes… además me han dicho que tiene poco sentido del humor… Jesse digo. Pero a mi en la película no me convencía ese parecido exagerado en su forma de hablar… no comparten escena nunca, pero hubiera sido curioso escucharles a los dos a la vez. O lo mejor es problema del doblaje, bueno, no sé. Casi es por sacar pegas…

Sí, alguna cosa más. Pero…

Pero mira, sabes, que eché unas risas. Y en muchos momentos, cuando me olvidé del guardia urbano del principio, pues que se instaló una sonrisa boba en mi cara. Y para qué más, chicos, para qué más… a disfrutar…

Y el cantante bajo la ducha… eso sí ¿eh? El tenor cuando lo tenía que hacer fatal… la verdad es que no lo hacía tan fatal. Lo de cantar digo. Otra pega…

Nada, chicas, chicos., que ya está bien por hoy.

Joder que no os he dicho los actores… A parte del director, Jesse Eisenberg, Ellen Page, Fabio Armiliato, Alec Baldwin, Roberto Benigni, Penélope Cruz, Riccardo Scamarcio, Alessandro Tiberi, Judy Davis… y como diría aquel, un largo etcétera.

 

¡Eh! Tú, Rafa… Juan… Aitor… Roberto… Ricardo… ¿me has mandado tu reseña? Ángel… ¿Me has enviado al tuya? ¿Rosa? Desde luego… Lluis… espero la tuya.

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