Aunque tú no lo sepas, cantada por El Canto del Loco.

El Canto del Loco: «Aunque tú no lo sepas».

Aunque tú no lo sepas
Me he inventado tu nombre
Me drogué con promesas
Y he dormido en los coches
Aunque tu no lo entiendas
Nunca escribo el remite en el sobre
Por no dejar mis huellas

Aunque tú no lo sepas
Me he acostado a tu espalda
Y mi cama se queja
Fría cuando te marchas
Y he blindado mi puerta
Y al llegar la mañana
No me di ni cuenta
De que ya nunca estabas

Y aunque tu no lo sepas
Nos decíamos tanto
Con las manos tan llenas
Cada día más flacos
Inventamos mareas
Tripulábamos barcos
Yo encendía con besos
El mar en tus labios

Esta canción fue escrita por Quique González que versionó un poema de Luis Garcia Montero, que dice así:

 

Como la luz de un sueño,
que no raya en el mundo pero existe,
así he vivido yo
iluminando
esa parte de ti que no conoces,
la vida que has llevado junto a mis pensamientos.

Y aunque tú no lo sepas, yo te he visto
cruzar la puerta sin decir que no,
pedirme un cenicero, curiosear los libros,
responder al deseo de mis labios
con tus labios de whisky,
seguir mis pasos hasta el dormitorio.

También hemos hablado
en la cama, sin prisa, muchas tardes
esta cama de amor que no conoces,
la misma que se queda
fría cuanto te marchas.

Aunque tú no lo sepas te inventaba conmigo,
hicimos mil proyectos, paseamos
por todas las ciudades que te gustan,
recordamos canciones, elegimos renuncias,
aprendiendo los dos a convivir
entre la realidad y el pensamiento.

Espiada a la sombra de tu horario
o en la noche de un bar por mi sorpresa.
Así he vivido yo,
como la luz del sueño
que no recuerdas cuando te despiertas.

Necesito un beso.

Venía por la calle. Pensando. Agobiado por la vida. Intentando disfrutar del sol otoñal, sin conseguirlo. Mirando a los niños, a los jóvenes. A los abuelos. A los de la cafetería, a los del ultramarinos. A los matrimonios saliendo del DIA, las compras semanales. A los perdidos. A los guapos, a los resultones. A los feos. A los amargados de rostro iracundo.

Los miraba, pero no los veía.

Solo veía un beso.

Tu beso.

O el tuyo.

O el mío.

O el nuestro.

Aquella primera vez en la esquina de Sol y Preciados.

Aquella primera vez, en la salida del metro.

Aquella vez que te hizo perder el autobús.

Un beso que iba a la mejilla y acabó en los labios.

Tu beso.

Necesito tu beso. Un beso. O un ciento.

En la mejilla.

En los labios.

En el cuello.

Necesito un beso tórrido.

Uno casto.

Con tus manos en mis mejillas.

Con mis brazos rodeando tu cuerpo.

Un beso mientras hablamos.

Uno mientras follamos.

Uno con mucho amor.

Uno con nuestros cuerpos pegados.

Necesito un beso.

En la calle.

En tu casa. O en la mía.

En el parque.

Tomando un café.

O un pincho.

Un beso.

Necesito un beso tuyo, que no me lo has dado nunca.

Un beso.

¿Cómo saben tus besos? No me acuerdo.

Otro poema de amor, mi amor.

si quieres puedo escribir un poema sobre tu piel

lo escribiría con besos

con besos de amor

a mí no me tienes que pedir permiso – dijo él

¿a quien si no, mi amor?

¿a quien si no que al objeto de mis deseos, de mi amor?

Amor.

sería un poema de amor por ti

glosando lo que me enamora,

cada poro de tu piel,

cada curva de tu cuerpo.

tus ojos

tu sonrisa.

– pero para escribirlo no necesitas mi autorización – insistió.

pero si lo escribo sobre tu piel

deberás desnudarte para mi

y quedarte quieto mientras lo transcribo;

deberás iluminarme con tus ojos,

para que pueda comprobar que los trazos de mis besos son certeros

y que la noche no me impida pergeñar el mejor poema de amor

que jamás se haya escrito

nuestro poema de amor

tuyo y mío.

.

.

Tus ojos.

Que bonito.

Aquí hace sol,

primavera.

¡Que bonito!

Primavera en la calle

y primavera en tu mirada,

en esos ojos maravillosos.

Primavera en tus manos

sol de corazones.

Nada de nada

y todo;

todo;

todo.

Eres todo:

un ángel, un príncipe, un niño, un amor;

un tulipán;

Una cafetería vieja con encanto,

una vieja pianola,

una vieja canción.

Un joven capullo naciendo a la vida, cada día, al abrir esos ojos insondables y encandilantes

un nuevo día, una nueva vida, nueva cada día.

Me quedaría mirando esos ojos profundos toda la vida,

esperando por las mañanas a que se abran

y sonreír.

Permanecer despierto hasta que se cierren por la noche

para no perder ninguno de sus fulgores.

Ojos de amor, de primavera, de vida.

Amor,

paseemos cogidos de la mano,

guiados por la luz de tus ojos,

que nos lleven a los confines del mundo.

¡hummmmmmmmmmmmmm!

Me tumbaría frente a mi ventana,

en el jardín,

en plena Plaza Mayor,

en un tejado,

recostado sobre tu pecho,

con la cabeza ligeramente girada para poder ver, primero tus labios entornados hacia arriba en una sonrisa perfecta

señalando el camino de tus candiles,

tímidos y rotundos a la vez,

en una combinación perfecta.

Si mi amor

primavera

en Bombay

en Burgos

en los confines del universo

esos son tus ojos:

primavera.

 

Otra cantata de amor. Una más.

.


.

Amor

dices que te hubiera gustado que anoche hiciéramos el amor bajo un cielo con luna de caricias;

los dos solos, en nuestro mundo mágico y particular.

A mí también, mi amor.

Así deberían ser todas tus noches, nuestras noches, mi amor

llena de estrellas, corriendo tras las luces de tu espíritu, nuestro espíritu

de tu corazón, mi corazón,

siendo dos y uno a la vez.

También a mí me hubiese gustado posar mis labios sobre los tuyos

mi sonrisa sobre la tuya,

mi mirada sobre la tuya;

me hubiera gustado besar tus ojos,

tus orejas,

tu cuello,

pasear mis dedos por tu pecho,

morder tus pezones,

recorrer con mis manos tus piernas,

besar tus pies,

sonreírte mientras nado en tus cristalinos.

Y de alguna forma lo hice

mi amor

En ese mundo privado, mágico, único para los dos.

Ese mundo de nubes y ambrosía

con la música sonando desde los confines del universo llenándolo todo de paz,

de la felicidad de dos almas que entrelazan sus dedos y se apoyan el uno en el otro.

¿Qué es real, que es imaginario, mi amor?

¿El amor es real, palpable?

De alguna forma fue real, mi amor

porque la imaginación y el deseo, el amor

tiene esa magia intangible.

Siente este beso que poso en tus labios.

Sabes a fresa y a champán,

de fresa son tus labios

¡Oh! mi amor;

de miel es tu corazón.

Lo sé porque acabo de besarte sobre él

mi amor

y he sentido su latir

pausado, pero contento,

feliz.

He sentido su dulzor embriagador.

Un corazón del tamaño del mundo,

mi amor.

Todas las noches debes volar, debes sentirte estrella del firmamento

porque yo deseo que sea así, mi amor.

Cierro los ojos y te veo,

te siento.

Quiero borrar toda la niebla que pudiera enturbiar tu vida, tu alegría.

Siente la música, dame la mano, entrelaza tus dedos con los míos;

déjame que apoye mi cabeza en tu pecho

y movámonos al ritmo de la música

mi príncipe,

mi amor.

Recojo tu beso en mis labios

sabe a fresa

por tus labios, sí, son de fresa.

Me apetecería ahora rodear tus pezones con mis dedos,

suavemente,

recorrer con mis labios el camino hacia tu ombligo;

ni un milímetro de tu piel sin besar

ni una micra sin saborear

despacio, muy despacio

sintiendo la música

buscando a cada instante tus ojos,

buscando ese mar balsámico de tu mirada

mi amor.

Me gustaría ahora beber champán en tu ombligo,

perseguir las burbujas por tu piel,

sentir el cosquilleo que recorre todo mi cuerpo.

Dame un beso mi príncipe

dos besos,

un millón de besos.

Mi príncipe del mundo mágico

mi amor.

Pero no olvides nuestro mundo mágico

en donde bailamos y disfrutamos de nuestra compañía,

de nuestro amor

mi príncipe.

Dices que serás siempre mi mar de caricias, que serás mi amor, mi chico.

¡Que delicia mi príncipe!

Sí, serás mi mar de caricias, mi chico en nuestro mundo mágico.

Mi príncipe

porque deseo que seas feliz.

Deseo hacerte feliz.

Que no haya nubes en tu vida

que todo sea cielo estrellado, iluminado por la luna llena

dibujar en tus labios con mis dedos una sonrisa de felicidad eterna.

Ese es mi deseo mi príncipe,

mi amor.

Y para ello, estoy dispuesto a cualquier sacrificio,

mi amor,

hasta el supremo sacrificio de desaparecer de tu vida y perderme en el abismo del olvido, si así es menester.

Mi amor.

Mi príncipe.

Te amo.