La inspiración: ¿Llega o se la espera?

Es la Maravillosa Orquesta del Alcohol. Es un grupo de Burgos. y suena bien. Y tienen un directo muy bueno.

Y ahora, a lo nuestro.

A veces a los que escribimos historias, con mayor o menor gracia, hay alguien que nos pregunta cómo se nos ocurren. Si es que te sientas con mirada concentrada, y al cabo de una hora, o de dos, cacareas y pones un huevo.
Es una forma de crear historias.
Yo si  pongo esa mirada y me quedo delante del ordenador, haciendo fuerzas, lo único que suelo conseguir es sufrir de estreñimiento mental.
Cuando fui a la presentación del libro de mi amigo Carlos G. García, se lo preguntaron. Sí.
Se te pueden ocurrir historias haciendo fuerza en el baño, por qué no. O mirando a la mujer que va sentada delante de ti en el autobús. O jugando una partida de mus.
O imaginarte las mil historias que te gustaría protagonizar. Yo tengo alma de superhéroe ¿Lo sabíais?
Otra posibilidad es hablando por el MSN.
Por ejemplo, hablas con un amigo. Él se va a ir a leer a un gran escritor, pongamos que sea Saramago. Tú protestas:
– ¡¡No, no!! ¡¡Traición!! me cambias por Saramago, si yo soy mejor…
Él te mira de medio lado… no lo ves porque es el MSN sin cámaras y esas cosas. Pero lo sientes. De repente se le iluminan los ojos, lo ves, o no, pero lo sientes.
– Dices que tienes mil historias en la cabeza, demuéstramelo. (no dijo eso exactamente, pero… hay que ponerle un poco de dramatismo).
Yo me quedo acojonado. Claro. Yo dándomelas de gran imaginación, de tener cientos de historias pendientes de tener tiempo… y ahora… ahí, frente al MSN, debo escribir una historia, así, sin anestesia.
Yo, teatrero de mí, ya me conocéis, estiro los dedos, los entrecruzo y estiro las manos hasta que chasquen… y me digo:
“te vas a enterar”.
Y empiezo…

“sabes, podría escribir una historia sobre un músico
aclamado por el público
vitoreado”

Y acabo tres cuartos de hora después.

“y colorín colorado
este cuentito imporvisado ha acabado”

Al otro lado de la pantalla percibes una boca abierta. Ya se ha olvidado de Saramago, o de Octavio Paz. Una exclamación aparece en la pantalla… se lo dediqué, claro.
Así que a la pregunta de cómo se le ocurren a uno las historias, dónde, cuando… la respuesta puede ser perfectamente «en cualquier sitio», en cualquier momento.
Pero no os creáis porque es una jodienda. Es un continuo ir y venir de personajes, que llegan a agobiar. No los puedes sacar a todos, no me ha tocado la primitiva de momento. No hay tiempo. Y cada uno de vosotros, tiene mil historias dentro. Cada persona que pasa por la calle, tiene otras mil… sus ojos, su forma de vestir, su careto al caminar. Lo que dice, y lo que notas que calla. Esas sonrisas fingidas cada vez más comunes.
Ayuda mucho tener una musa. A lo mejor yo esa noche, agotado por un día insufrible, tuve una buena musa.
Luego claro, corregí errores, y completé alguna cosa. Pero el relato es tal y como una noche del mes de enero, por ejemplo de la semana pasada, salió en la pantalla del MSN, sin premeditación ni alevosía.
Esa musa de ese día, se llama Didac, que como agradecimiento, puso la música. Una música por cierto perfecta. Según la iba escuchando cuando me la propuso, iba recreando las diferentes escenas del relato.
Y preguntaréis:
¿Cuando podremos leer ese relato del MSN?
Preguntad, preguntad.



Mañana lo tendréis.

Mañana me diréis si os ha gustado el relato.