II Semana del libro: «En el país de la nube blanca» de Sarah Lark, por Virginia.

Sinopsis: Londres, 1852: dos chicas emprenden la travesía en barco hacia Nueva Zelanda. Para ellas significa el comienzo de una nueva vida como futuras esposas de unos hombres a quienes no conocen. Gwyneira, de origen noble, está prometida al hijo de un magnate de la lana, mientras que Helen, institutriz de profesión, ha respondido a la solicitud de matrimonio de un granjero. Ambas deberán seguir su destino en una tierra a la que se compara con el paraíso. Pero ¿hallarán el amor y la felicidad en el extremo opuesto del mundo?

Muchísimos ejemplares vendidos, traducido a no sé cuantos idiomas, etc. Lo que se suele llamar un bestseller. La portada del libro además me gusta mucho, parece una tontería pero yo a veces elijo un libro por eso, esa portada del libro me recordaba a la película “El Piano”. Tienen en común además que la historia se desarrolla en Nueva Zelanda.

Pues ese libro lo miraba yo en las tiendas una y otra vez, lo hojeaba, miraba el precio y desistía. Además había gente que se lo había leído y me contaba maravillas. Pero nunca me decidí a comprarlo, hasta que este verano me lo prestó una amiga.

¿Que si me gustó? Pues pese a que el comienzo es alentador: un anuncio en una parroquia solicitando mujeres interesadas en casarse con colonos en Nueva Zelanda, la historia va decayendo a medida que avanzas en la lectura. En algunos momentos llegó incluso a aburrirme.

Podría haber sido una novela más de aventuras, pensaba yo, la historia hubiera dado para mucho, pero acaba siendo demasiado “romántica”, un poco edulcorada en cuanto a sentimientos y pasiones y donde los protagonistas siempre son guapos y valientes (esto último está muy bien cuando se trata de libros de aventura, pero no era el caso).

Es verdad que la primera parte, hasta que llegan a Nueva Zelanda y conocen a sus prometidos la historia engancha bastante, pero es a partir de ahí cuando el libro empieza a decaer con historias secundarias muy previsibles, en realidad también lo es la historia principal.

Se echa en falta que los personajes en general resulten más reales, para mi gusto están demasiado caracterizados, casi todo en ellos me ha resultado muy típico. Según iba leyendo era lo que más pasaba por mi mente: “vamos, lo típico”. Cada cosa que ocurría en la novela, la forma en que actuaban los personajes, nunca era una sorpresa, se podía adivinar, veías fácilmente por donde iba a devenir la historia.

Por otro lado es verdad que es un libro que se lee bien, porque son historias muy lineales, nada complicadas de seguir. Sí me han gustado las descripciones sobre la Nueva Zelanda incipiente, esas tierras tan extensas que describe, que uno siente la sensación de que todo está por estrenar, y que debe ser fascinante descubrirlo como hicieron todas las personas que llegaron allí por diferentes circunstancias. Igualmente me entretuvo lo que nos cuenta acerca de la vida de los granjeros y ganaderos que se instalaron allí y más concretamente de los ganaderos que se dedicaban a la cría de ovejas y todo el engranaje de ese negocio.

En definitiva considero que pese a ser un libro que no está mal, y que puede ser entretenido (siempre que no te hayas creado otras expectativas) es un libro que en mi opinión puede ser totalmente prescindible. Que si llega a tus manos y no tienes nada mejor que hacer, léelo, pero no merece la pena pagar lo que cuesta.