I Semana del cine: «Muerte en Venecia» por Marcos.

Título: Muerte en Venecia

Título original: Morte a Venezia

País: Italia

Año: 1971

Director: Luchino Visconti

Música: Gustav Mahler

Guión: adaptación de Luchino Visconti y Nicola Badalucco de la novela homónima de Thomas Mann.

Intérpretes: Dirk Bogarde, Marisa Berenson,

Bjørn Andresen, Silvana Mangano, Mark

Burns, Romolo Valli, Nora Ricci, Carole

André y Sergio Garfagnoli.

Duración: 130 minutos

Género: melodrama

Productora: Alfa Cinematográfica

Antes de convertirse en el escenario de una prolongada agonía, la Venecia del film de Luchino Visconti es un lugar donde confluyen el romanticismo alemán y la luminosidad italiana. En la mirada del viajero Gustav von Aschenbach se reflejan al mismo tiempo los ecos personales o las evocaciones íntimas que el paisaje veneciano despierta en él y sus reacciones ante un ambiente y unas personas ajenos al que ha sido su mundo. En este sentido, hay una secuencia que marca un antes y un después de esa confluencia y que, dado el discurso de la película, constituye asimismo una inmersión en la idea de la muerte: me refiero al momento en que unos músicos ambulantes tocan y cantan para los clientes del «Grand Hotel Des Bains». Cuando parece que los músicos se van a marchar del hotel, vuelven a entrar en él y cantan una última canción, que consiste en risotadas groseras que acaban contagiando a algunos hombres y mujeres, claro tributo de un Viscconti marxista convencido a la crítica del clasismo imperante. Las evocaciones de von Aschenbach son el aspecto más importante de la Muerte en Venecia , porque se refieren al tema que obsesiona al personaje —y, en consecuencia, darán lugar a la fascinación que siente por el joven Tadzio—estrechamente relacionadas con los motivos que lo han llevado a la ciudad y determinan su conducta una vez llegado a ella. Se trata pues de una búsqueda de la belleza, un camino sinuoso donde el reflejo de lo bello sumerge al protagonista en la realidad de un tiempo que pasa, incluso para él. Visconti dibuja la atracción de Aschenbach por Tadzio no como un elemento físico, es algo casi espiritual, es el tormento para quien consagra una vida en busca de lo bello y su sola contemplación le ahoga en una distancia entre lo carnal y lo sensual.

En este sentido la película presenta el ansia por la belleza en las conversaciones de Gustav von Aschenbach y su amigo Alfred. Son siete evocaciones estratégicamente montadas sin interrumpir el ritmo de la película. En las dos primeras, poco después de la descripción de la vulgaridad del ambiente del hotel, Gustav y Alfred conversan sobre la belleza a propósito de la creatividad musical: éste mantiene que la belleza no tiene ninguna función por sí sola, en contra de lo que opina Gustav, quien entiende la invención de la belleza como un eco espiritual.

Todo con el soporte de la música de Mahler, su adaggieto de la la 5º Sinfonía del compositor, es una laberinto de belleza en lo sensual y en lo físico para el desarrollo de la cinta y sobre todo un placer para el espectador, Visconti demuestra un dominio de la construcción fílmica fuera de lo común y la elección de Mahler es buena prueba de ello, hay que significar que Visconti tenía 65 años cuando rueda Muerte en Venecia, fallecería cinco años después.

Hasta aquí mi fascinación cinéfila… «Muerte en Venecia» en el desarrollo de su acción aparecen dos enfermedades bien diferentes. Por un lado, el cólera, una patología colectiva, una epidemia ambientada en la ciudad de los canales a principios del siglo XX. Pero también está presente la obsesión por lo bello, por la serenidad de una belleza perseguida en los últimos alientos de un final que se presume cercano, esa es la enfermedad que aqueja a Gustav Von Aschenbach (interpretado por el decisivo y manierista actor británico Dirk Bogarde), un afamado compositor que consume sus últimos días en el anhelo de la inspiración y de la belleza. Todo ello lo encontrará en el rubio efebo Tadzio (Bjorn Andresen), desde entonces uno de los iconos gay por excelencia, del que se enamorará perdidamente. Para este papel, Visconti realizó cientos de pruebas de casting, hasta que en Estocolmo encontró a este joven actor de 16 años. El realizador italiano desestimó a Marcello Mastroniani para el papel de Gustav Von Aschenbach, debido a su perfil excesivamente latino, frente a la serenidad que ofrecía Bogarde, Descubrí esta película hace relativamente poco tiempo no más de 6 años, y para mí es una obra maestra, no solo en su guión, creo que es una de las películas con mejor fotografía de la historia del cine y plena de detalles, como planos generales en los que el espectador se contagia de una sutil búsqueda de la belleza.

I Semana del cine: «¡Qué bello es vivir!» por Peace for ever.

¡Qué bello es vivir!

TÍTULO ORIGINAL: It’s a Wonderful Life!

AÑO: 1946

DURACIÓN: 130 min.

PAÍS: Estados Unidos

DIRECTOR: Frank Capra

GUIÓN: Frances Goodrich, Albert Hackett, Frank Capra

MÚSICA: Dimitri Tiomkin

FOTOGRAFÍA: Joseph Walker & Joseph Biroc (B&W)

REPARTO: James Stewart, Donna Reed, Lionel Barrymore, Thomas Mitchell, Henry Travers, Beulah Bondi, Frank Faylen, Ward Bond, Gloria Grahame, H.B. Warner, Frank Albertson, Todd Karns, Samuel S. Hinds, Mary Treen, Virginia Patton, Charles Williams, Argentina Brunetti

PRODUCTORA: RKO presents a Liberty Films Inc. Production

PREMIOS 1946: 5 nominaciones al Oscar: Película, director, actor (James Stewart), montaje, sonido

GÉNERO: Drama. Fantástico | Cine familiar. Navidad. Comedia dramática

SINOPSIS: George Bailey (James Stewart) es un honrado y modesto ciudadano que dirige y mantiene a flote un pequeño banco familiar, a pesar de los intentos de un poderoso banquero por arruinarlo. El dia de Nochebuena de 1945, abrumado por la repentina desaparición de una importante suma de dinero, que supondría no solo la quiebra de su banco, sino también un gran escándalo, decide suicidarse, pero cuando está a punto de hacerlo ocurre algo extraordinario.

(tomado de FILMAFFINITY)

Me atrevo a hablar de esta película, aunque tenga un montón de años, porque mantengo con ella una relación muy especial. La película tiene años y yo también. Mi primer contacto con ella fue en aquellos tiempos en que en las salas de cine se proyectaban sesiones dobles, la primera película solía ser una película de menor entidad o un reestreno. Yo aún usaba pantalón corto. En aquellos tiempos los niños usaban pantalón corto tanto en invierno como en verano, y los adultos no se ponían el pantalón corto mas que para practicar deporte, cosa que casi ninguno hacía. Conseguir un pantalón largo era un gran logro para un adolescente, cosa que raramente se conseguía antes de los 16. Y aunque ya había pasado el tiempo en que las restricciones de electricidad, por lo cual los corte de suministro no eran habituales, en mi tierra aún era normal que nos quedáramos sin electricidad durante horas sin que nos dieran ninguna explicación.

El hecho es que una tarde fui al cine a una sala de segunda categoría que había cerca de mi casa con un amigo. No consigo recordar cual era la película principal de la sesión, la primera era una película muy antigua titulada «¡Qué bello es vivir!» de la que no sabia nada. La cosa es que empezó la proyección puntualmente y la película me engancho, al rato, justo cuanto está a punto de contar el accidente en que el protagonista (George Bailey) pierde la audición de uno de sus oídos por salvar a su hermano, se fue la luz, estuvimos casi una hora a oscuras. Mi amigo se cansó de esperar, pidió que le devolvieran el dinero de la entrada se largó. Cuando se restableció el suministro eléctrico, dado que ya no daba tiempo, había prevista una segunda sesión, decidieron abandonar la proyección de este film y pasaron a proyectar la segunda película, en teoría, la buena. Ni la recuerdo. En cambio recuerdo el desazón y el sinsabor que me produjo no poder saber como seguía la película que me quedé a medio ver y que me tenía completamente atrapado.

Pasaron muchos años antes de que pudiera ver la película completa. No existían ni videoclub ni siquiera filmotecas donde recuperar una película. Así que tuve que esperar que la televisión la pusiera. Confieso que la he visto una infinidad de veces y que cada vez que tengo la oportunidad de verla en pantalla grande no me la pierdo.

Creo que la película habla sola, por si misma, puesto que la historia es rotunda. Además confieso que mi forma de ver la vida, mi actitud vital, tiene mucho que ver con esa historia, con esa idea de que todos somos imprescindible, insustituibles y que sin ti, sin mi, el mundo no sería lo que es. Y con la idea de que la vida hay que vivirla intensamente.

La pena es que circula por el mundo una copia doblada en castellano, que es la que cada año proyecta Antena 3 Televisión, a la que le falta una secuencia. Es una secuencia en la cual la madre de George Bailey (James Stewart), le convence para que llame a la que luego será su esposa y salga con ella. No es que sea una secuencia básica para la comprensión de la historia, pero si me lo parece para conocer y comprender a ese personaje que la protagoniza. Un año mi familia, conociendo mi debilidad por esa película me la quiso regalar en DVD ¿Os vais a creer que era justo una copia de esa versión mutilada?

Lo me resulta más curioso es que un agnóstico como yo, cada día más ateo, anticlerical y opuesto a todo que que tenga relación con las religiones, siga prendado de una película como esa.

No sé si le debo a esa película mi gusto por la comedias dramáticas o me enamoré de ella porque esa era mi debilidad, el caso es que una de mis película favoritas, cada vez que la veo no puedo evitar que se me inunden los ojos de lágrimas al final.

Un abrazo.

I Semana del cine: «Los Reyes Magos», por Blanca.

LOS REYES MAGOS

Película española 2003

Érase una vez una navidad, la de 2003, y cuatro hermanos. El mayor como ya tenía 19 estaba inmenso en una actividad social con arreglo a esa edad, amigos, vida social y estudiar a ratos porque aunque son vacaciones el mayor es muy responsable y estudia también en vacaciones. Estamos en esa semana que va de Noche Buena a Noche Vieja y que como Papá y Mamá trabajan y aunque la abuela hace lo que puede, hay vacaciones con tiempo libre para todos.

Me había quedado en mi hermano mayor, pero tengo otro hermano, entonces tenía 12 años, aunque en unos días iba a cumplir 13, demasiada actividad, amigos y vídeo juegos; ya por entonces el chico era un gran aficionado a la música y todo esto hacía que constantemente hiciera gala de su independencia. Era complicado contar con él para nada y como tampoco tenía una edad que permitiera asumir responsabilidades vivía feliz en su castillo hecho con notas musicales.

Bueno ahora me toca hablar de mí, yo soy la única chica, claro eso alguno lo verá como una ventaja; pues no, de ventaja nada, parece que en una familia donde eres la única chica entre hermanos chicos, automáticamente eres responsable, organizada y tienes la obligación de cuidar de tus hermanos aunque uno sea mayor y el otro independiente. A todo esto yo tenía 16 años, bueno los iba a cumplir en unos meses, pero estaba en una época en la que había que ser mayor. Es posible que digáis ¿que tiene que ver toda esta historia con el cine? Bueno pues mucho, porque todavía no he hablado de mi hermano pequeño, por entonces 6 años y os tengo que decir que era un niño muy guapo, ahora que tiene unos cuantos más, sigue siendo muy guapo, rubio ¡en fin! Pasión de hermana.

El caso es que no recuerdo bien si fue el 27 o el 28 de diciembre (y no era una inocentada), mi madre dio esas órdenes precisas que con tanta maestría suele dar, y que en este caso fueron las siguientes: “esta tarde te llevas a tu hermano al cine Palafox que echan una pelí de los Tres Reyes Magos y le gustará, os dejo yo en la puerta y os recoge el papá”. Aquello me parecía injusto ¿porque yo? Sí, yo tenía que llevar a mi hermano al cine, los otros no tenían esa obligación; estaba de un humor incalificable, pensando que cuando entrara en la cocina a comer no iba a hablar con nadie para hacer patente que se me estaba tratando injustamente ¿Sabéis cuanto me duró el mal humor incalificable? Si lo habéis adivinado el tiempo justo que me senté en la mesa y mi hermano pequeño se vino hacia mí con una sonrisa enorme y me dijo “Blanca que bien me voy contigo al cine” y añadió «mira tengo esto» (unas monedas) “si quieres podemos comprarnos unas chuches”.

En realidad yo tendría que estar hablando de otra película, pero después de haber pensado muy bien lo importante que es que una peli sea la escusa perfecta para disfrutar de tantos sentimientos, tenía claro que si ha habido una película en esta vida que tuviera tantos sentimientos juntos para mí, es ésta.

Creo que fue una tarde inolvidable, soplaba el cierzo, las bufandas, el gorro de mi hermano, los guantes, el cine con toda la chiquillería, las cinco casi anocheciendo y la salida ya totalmente de noche. ¿La película? Maravillosa película, no nos movimos de la butaca, allí los dos juntos, comentando de vez en cuando lo malo que era Herodes que en ese momento no sabíamos que le había puesto voz Javier Gurruchaga, incluso nos reíamos juntos con las torpezas de Melchor, una tarde como para no olvidar, que siempre asociaré a esa película, con los años he sabido que era una producción española, nada que envidar a otras producciones de por ahí estoy segura, habrá gente que diga que se emocionó con la “Sirenita” o con “La bella y la bestia” yo misma que por edad las viví como niña. Pero la emoción de ver a mi hermano con sus mirada clavada en la pantalla y siguiendo con atención cada una de las escenas, eso es lo mejor que puedo recordar de la película y me hace ¡tan feliz!

Cuando llegamos a casa, le ayudé a escribir la carta de los Reyes Magos, incluso yo hice otra para tirarla juntos al día siguiente al buzón real que había enfrente de casa, en un conocido centro comercial ¿Recordáis a mis hermanos de los que os hablaba al principio? Esa tarde se fueron los dos a verla, les gustó mucho pero seguro que no tenían nuestras monedas para comprarse chuches.

Tengo que deciros que para contar todo esto, he necesitado la ayuda de mi madre, me ha echado una decisiva mano en la redacción para contaros esta historia.

I Semana del cine: «Dragonheart» por Pere.

Dragonheart

Año: 1996

Director: Rob Cohen

Reparto:

Bowen: Dennis Quaid

Einol: David Thewlis

Poeta: Pete Postlethwaite

Rosalie: Dina Meyer

Voz de Draco: Sean Connery (En la versión doblada la de Paco Rabal)

(Dale al play y escucha la música mientras lees)

Una voz profunda, grave, a la vez que cariñosa y envolvente… es la de Paco Rabal. Sean Connery muy bien en la VO, pero prefiero el doblaje de Paco… Sensacional.

La voz de Paco Rabal era salvaje, acanallada, una voz de resaca de una noche pasada por cazalla. Tanto era enternecedora como violenta y popular; una nota íntima y cariñosa, de una fuerza peligrosa. Una voz que conmueve, que ordena, que deja temblando al espectador al predicar su soledad como último Draco.

La gestualidad de sus mismas cicatrices, de Paco, es como los movimientos faciales de Draco, copiados de las muecas y caras que interpretó Sean Connery para las secuencias de las expresiones del dragón. Una alma golfa; de inspirados y minuciosos desgarrones, como su voz. La aristocracia natural que emplea en el doblaje de la voz de Draco. Respiraba a dragón perfumado, que le da vida, se envanece de la voz, del retrato heroico de darle existencia y expresión hasta dejarlo como protagonista heroico de toda la trama.

Nada se puede comparar la voz que da vida a Draco en la VO (Sean Connery) con la voz que contó en la versión doblada de Paco Rabal. Gana por goleada este patriarca bandolero y golfero que sólo por esta voz vale la pena ver varias veces esta película de Dragonheart.

Draco se envanece con esa voz que le han conseguido: errático, solitario, orgulloso, con un monologo en los labios para interpretar vanidoso absorbiendo la personalidad de Paco.

La trama de la peli es sencilla y de aventuras. Nada mas allá de una batalla entre el joven príncipe Einol (buenos y malos) que derroca a su padre que era un villano y cruel rey, y que se ve curado por Draco que le cede parte de su corazón herido y seguir sobreviviendo. También él se convierte en un rey brutal y despiadado como su padre. Bowen, el protector del joven príncipe, al ver que sigue los pasos de su padre, promete vengarse del dragón al cual atribuye todo el mal por la parte de corazón que le ha dado. En el transcurso de los años Bowen se convierte en cazador de dragones y sólo le queda pasar cuentas con Draco. Un monje, aspirante a poeta: se alía con Bowen y quiere narrar las hazañas épicas que lleva a cabo éste.

Se encuentran con Draco que tiene a su lado a Rosalíe que cuida de él. Una vez aclarado los malos entendidos, Bowen se alía con Draco para esquilmar un poco a los habitantes de los pueblos haciendo ver que se carga al dragón que los tiene atemorizados.

Para poder salvar a los pueblos y villas del reino de la crueldad de Einol, Bowen y Rosalie hacen las paces y, junto con el poeta, Draco y los habitantes del pueblo, se alían para liberarlos de Einol. Durante la batalla es hecho prisionero Draco y es encadenado en una de las terrazas del castillo. Einol se vale de esta circunstancia para coger como rehén a Rosalie y, finalmente, Bowen se ve obligado a matar a Draco cuando éste le muestra su medio corazón para que lo mate y así librarse de Einol que también muere al tener medio corazón de Draco. Draco se desintegra y se convierte o pasa a formar parte de un grupo de estrellas con su forma brillando con un resplandor inusitado.

Hasta aquí un peli distraída y entretenida de la cual el interés que tiene, y más logrado, es el doblaje de la voz de Draco por Paco Rabal. También, cómo no, la estupenda creación que hicieron de la figura de Draco.

Banda sonora de Randy Edelman. Estupenda.

Aviso: El vídeo que sigue es la escena final. Así que si te decides a ver la película, a lo mejor no conviene que lo veas.

 

I Semana del cine: «Farinelli il Castrato» por Dídac.

FARINELLI IL CASTRATO

  • Género: Drama
  • Título: Farinelli Il Castrato
  • Año del estreno: 1994 Bélgica, Italia, Francia y EEUU.
  • Director: GérardCorbiau
  • Actores: Stefano Dionisi (Carlo Broschi – Farinelli), Enrico Lo Verso (Riccardo Broschi), Elsa Zylberstein (Alexandra), Jeroen Krabbé (George Frederic Handel), Caroline Cellier (Margareth Hunter), Renaud du Peloux de Saint Romain (Benedict), Omero Antonutti (Nicola Porpora), Marianne Basler (Condesa Mauer) Pier Paolo Capponi (Broschi) Graham Valentine (Príncipe de Gales), Jacques Boudet (Felipe V), Delphine Zentout (joven admirador), Jo Betzing y Josef Betzing.

Quiero empezar este recorrido por la película aclarando que poco o más bien nada tiene que ver la trama con la vida real de Carlo Broschi-Farinelli, Castratto italiano del XVIII. Parece, según los historiadores del tema, que Broschi, de familia acomodada, sufrió una caída del caballo lo que obligó a la medicina de la época a realizar la intervención que le convertiría en un castrati, práctica que quedó abolida pero que se seguía realizando en la clandestinidad. La operación no la realizaba un médico necesariamente. En muchas ocasiones la practicaba un barbero, con ausencia en muchos casos de la más mínima higiene, que hacía contraer a los niños enfermedades que les conducían a la muerte. Como se puede ver en el flash backde la película, se bañaba al niño en una tina de leche cuando se le destruía el tejido testicular, no solía haber amputaciones aunque………….

Y todo con el objetivo de preservar la voz aguda de un niño después de su pubertad. Y todo esto viene porque a un Papa se le ocurre en el siglo XVI prohibir la entrada de mujeres en los coros de las Iglesias, como siempre la Jerarquía eclesiástica apoyando a la mujer….

La cinta se construye en torno a la figura de Carlo Broschi, sin duda el Castratto más famoso de la historia de la música. Su voz gozó de gran fama en la Europa de la época. Aquí se desarrolla una supuesta rivalidad con Hendel que ya es compositor mayor de la corte real inglesa en la que ambos sienten mutua admiración y a la vez mutua animadversión.

En el recorrido que la película hace por el siglo XVIII es admirable la brillante reproducción que consigue no solo de decorados teatros y personajes, sino también de la magnífica utilización de instrumentos de la época. La película se estrena en 1994; yo tenía cuatro añitos así que no me acuerdo del estreno. Pero es importante significar que se comienzan a emplear tecnologías digitales en la confección de la banda sonora del film lo que la convierte en cierta manera en una producción pionera en este campo. Como curiosidad en algunas de las interpretaciones se fusionan la voz de un contra-tenor y una mezzo, para dar todo tipo de coloraturas(voz aguda generalmente femenina capaz de ajustar pasajes rápidos y de gran dificultad porque están en el registro extremo superior); evidentemente el protagonista, Stefano Dionisi, no canta pero hay que darle un cierto merito en la ejecución del playback.

Como historia pues tenemos de todo: Farinelli el bueno, su hermano prisionero de la conciencia, pero que se aprovecha y culmina las conquistas amorosas del cantante. A Hendel le ha tocado el papel de malo de la historia y una serie de personajes que van de la mano de esta supuesta lucha musical entre la voz del destino y el creador de la música de ese destino.

Para mí es una cinta que resulta emocionante, por la combinación de una música audaz, como es la del siglo XVIII, junto con la perfecta representación del fasto de una época donde solo unos pocos podían disfrutar de la belleza extrema de un personaje como Farinnelli. Evidentemente debemos felicitarnos que la humanidad avance en conocimiento y no necesite ya de la brutalidad para conseguir preservar una voz maravillosa, que actualmente las hay y de gran belleza.

El verdadero Broschi fue la sensación de la corte de Felipe V, el primer monarca de la dinastía borbónica, que es de suponer amenizaba con la música de Farinelli la firma de decretos de ajusticiamiento contra los pueblos rebeldes derrotados en la guerra de sucesión y a los que había sometido, como dice el decreto de nueva planta, “por derecho de conquista”.

La película fue nominada al Oscar a la Mejor Película Extranjera, y ganó el Globo de Oro también a la Mejor Película Extranjera. La voz musical es la soprano polaca Ewa Małas-Godlewska (nacida en 1957), y como indicaba anteriormente se mezcló con la voz del tenor norteamericano Derek Lee Ragin, para así conseguir el tono de voz de un Castratto. Solo hay una canción en la película en la que su voz no fue mezclada, esta es Lascia Ch’io Pianga, que os traigo para que escuchéis; a mí me parece que es un aria de una belleza envolvente. Canta Ewa Małas-Godlewska