Fin de Semana Cidiano: Burgos medieval. El 5, 6 y 7 de octubre.

Es el primer fin de semana de octubre. O sea que toca el próximo, el 5, 6 y 7 de octubre.

Torneos, mercado medieval, campamentos en el río Arlanzón, representaciones… una maravilla.

¿Os lo vais a perder? Si venís nos tomamos unas tapas y montamos en burro.

Las fotos son del Fin de semana Cidiano del año pasado.

Casi se me olvida: podéis pasear por Burgos a través de mis fotos.

Y después de este paréntesis, mañana seguimos con la II semana del libro, en  «El rincón de tatojimmy». Recordad que todavía estáis a tiempo de enviar vuestras reseñas.

Nota:

Para más información al respecto, y descargarte el programa, visita la web Fin de semana cidiano.

Actualización:

Si quieres ver algunas fotos que saqué, en el Fin de semana Cidiano 2012, pincha aquí.

.

.

II Semana del libro: «La teología feminista de la Historia» de Teresa Forcades i Vila, por Pere.

Forcades en este libro hace un recorrido crítico de la evidencia que siempre ha habido con la discriminación de la mujer en la sociedad, en la vida pública, en todo el entorno que siempre la ha rodeado. Han sido siglos que no ha tenido nunca ni voz ni voto. Para los varones, la expresión del problema de las mujeres acostumbra a significar que las mujeres son un problema, dice Forcades.

Han sido sometidas a la voluntad del hombre como ser inferior, igual que aún hoy en día son considerados también todos los seres que no tengan la condición de “blancos”.

Es preciso volar y tener valor de hacerlo, no se quiere una previsión abstracta, arcaica, supersticiosa y sin fundamento alguno. El Vaticano y sus correligionarios, en nombre de vete a saber quién, ha hecho mucho daño en este aspecto y, a veces, han perdido la credibilidad. Quizá me desvío del camino que quería recorrer… inoportuno?

Como a muchas persona, cuando la consagración de la Basílica de la Sagrada Familia de Barcelona, aparecieron aquellas monjas para “limpiar” el ara que iba a ser consagrada, sentimos vergüenza ajena. Se estaba utilizando a unas personas que fueron manipuladas solo para un servicio difícil de definir como tal. Lo discutí con un obispo amigo, no lo identifico por pudor, y su criterio era o es que son siervas de Dios. Yo le pregunté: ¿de Dios o de los hombres? Aquella servitud fue denigrante, ante tantos millones de personas que lo estaban viendo; no entiendo esta posición tan denigrante de cara a la mujer.

Forcades es lo que defiende constantemente, la liberación de la mujer, apoyándose en textos de mujeres que en su día se “rebelaron”. Sí, han quedado sus escritos críticos, pero nada de lo que plantearon se ha llevado a cabo. Ha quedado en eso, en simples escritos. Es un toma y daca. Un jugar al escondite para no perder la supremacía que tiene el hombre. No creo que a nadie con dos dedos de frente o de sentimiento, le apetezca llegar a situaciones de vejación en la mujer. Es algo frío que sí, decimos, que hay que tener conciencia de ello y tomar postura.

Pero quedas encerrado en un comportamiento desigual y retrasado en la peor situación y abrasado de rabia leyendo el libro.

Lo peor de todo es que a muchas mujeres les da miedo andar solas, no saben hacerlo, se han visto invadidas por la personalidad machista y agobiante del hombre y tienen miedo a ser ellas mismas. Las hay que todo y que denuncian malos tratos, retiran las denuncias porque no saben mirar hacia delante y emprenden un camino diferente del que no encuentran retorno o sin valor para afrontarlo.

Es como los esclavos del centurión de La Biblia, que Jesús en la distancia ha curado a uno de ellos (es la frase que se utiliza liturgia: “No soy digno de que entres en mi casa, diciéndoselo a Jesús). Hago referencia a ello dado que el centurión al haber regocijado de aquel milagro de Jesús con su criado o esclavo, les da la libertad a todos los que le servían. ¿Cuál fue la reacción de los esclavos? Dijeron: Señor, que vamos hacer con nuestra libertad si siempre os hemos servido, no sabemos hacer otra cosa. Triste reacción al no tener una manera digna de un horizonte.

Y aquí radica el problema de la mujer, no sabe qué hacer con su vida si se aleja del marido profanador y regresa a su estatus de víctima.

Me he apartado un poco de la reseña del libro, pero en líneas generales es lo que reivindica Teresa en la necesidad del camino de la lucha, de un inesperado pasaje que hay que descubrir y olvidarse de la comodidad de unas situaciones nefastas.

También habla de la Abadesa Hildegarda (1098-1179) que con sus metáforas y los tabús religiosos de la época, que, dice, son denigrantes y humillantes para las mujeres. Es un libro técnico religioso en defensa de la liberación de la mujer, de sentirse persona, reconocida y estimada, no cómo simple objeto de deseo o florero admirado puesto en cualquier rincón de una mesita de la casa. Tampoco con la pata quebrada y en casa. Su vocación y fuerza debe de ser enfrentamiento y que el hombre, los que se dicen machos hetereo, sientan que su supremacía era o es solo un mero eufemismo de sus neuronas que están de vacaciones.

Somos, digo somos, porque también me incluyo en un colectivo que a pesar de cierta liberación o interpretación, estamos en la misma coyuntura que la mujer. Dicen que no les importa nuestra orientación sexual, pero por detrás te hacen un traje a medida, y que nosotros nos escondemos detrás de un escudo donde quedamos prisioneros por mucho que queramos ignorarlo.

Y ya puesto a hablar de estamentos, no dejemos de lado a los políticos, a los economistas, a los consejos de administración, que con benevolencia, dicen, dan paso a la mujer, pero manteniéndola un tanto a raya. La suerte es que empiezan a despuntar con energía y valentía.

Cuando se viaja a los países árabes, que ahora es mejor no hacerlo, ves aquellas mujeres con el niqab o la burqa, sientes tristeza, angustia, malestar y toda una posición violenta de no atreverte a mirarles. Las hay que vestidas de arriba debajo de negro, con guantes negros en pleno verano con aquel calor, con solo una rendija en los ojos para que puedan ver y, hay alguna que por más inri se ponen unas gafas negras. Si tienes la santa valentía o suerte de poder entablar una pequeña conversación con alguna de ellas, te comentan que sí, que es agobiante, pero que al mismo tiempo se sienten protegidas. ¿De qué? Le preguntas. De usted, te responden. Te sientes que eres una mierda como hombre y que no sabes dar o estar a la altura de las circunstancias.

Y volviendo a la iglesia, recordemos que para ellos María Magdalena era una mujer pública. Lo han rectificado, más bien medio rectificado, pero en ellos sigue la duda de quién realmente fue la de Magdalana.

Creo que me he extendido demasiado. Solo aconsejo que para no ponerse nervioso, se escuche una música suave y relajante. Para mí me ha servido mucho el CD de Barbra Streisand: Classical Barba.

 

 

II Semana del libro: «Cuadernos de Hiroshima» de Kenzaburo Oé, por Pucho.

CUADERNOS DE HIROSHIMA, de Kenzaburo Oé

Título original: Hiroshima noto (Traducción literal: Notas sobre Hiroshima).Publicado originalmente en Tokio (1965)

Título en español: Cuadernos de Hiroshima. Publicado en Barcelona (Noviembre de 2011) Editorial Anagrama. Traducción: yoko Ogihara y Fernando Cordobés

Temas: Ensayo/ periodismo

En el verano de 1963 el escritor Kenzaburo Oé llega por primera vez a Hiroshima, tenía entonces 28 años. Había vivido la guerra desde la distancia de una pequeña aldea durante su infancia. Aquellos recuerdos y sentimientos de la niñez en guerra, quedarían plasmados en “La presa” escrito 6 años atrás.

Oé empieza estos cuadernos hablando del momento personal que atraviesa cuando emprende ese viaje. Su primer hijo acababa de nacer con importantes lesiones cerebrales. Sumergido en ese caos vital, que el autor define como un descenso al infierno, decide refugiarse en su trabajo y acepta el encargo de realizar un reportaje de la novena conferencia sobre las armas nucleares que se celebraba el 6 de agosto en Hiroshima. Habían pasado 18 años desde que la primera bomba atómica de la historia acabase con la vida de 120.000 seres humanos en un instante. Otros 200.000 más seguirían muriendo debido a sus efectos en los años siguientes.

En medio de una atmósfera enrarecida por las maniobras de poder y los intereses políticos de aquella conferencia, que quedaría finalmente desacreditada por las divisiones internas, Oé entra en contacto con los hibakusha (los supervivientes de un bombardeo atómico). Este descubrimiento acabaría transformando su obra y su vida.

Creo que fue en Hiroshima donde tuve mi primera visión concreta de la autenticidad humana; fue allí también donde asistí al más imperdonable engaño. Pero todo lo que fui capaz de discernir, aunque sólo fuera tenuemente, fue sólo una pequeña porción de una realidad incomparablemente más grande aún oculta en la oscuridad. 

El viaje se acaba convirtiendo en el primero de una serie de viajes en los que, a lo largo de varios años, va recopilando las historias personales, los recuerdos y los sentimientos de los supervivientes. Algunos de estos testimonios pertenecen a víctimas de la radiación que nacieron con posterioridad al final de la guerra.

Oé centra toda su atención en la realidad humana de los hibakusha . A través de cada historia vemos reflejada la diversidad de lo que representa y significa el ser humano, multitud de historias nos hablan de las distintas formas en las que se enfrentaron a su sufrimiento, a su ciudad devastada, a sus cuerpos y vidas desfiguradas. A todos les otorga Oé la misma voz, la misma dignidad. Nos habla de personas que defendían su derecho a guardar silencio como forma de sentirse dueños de su propia vida y de su propia muerte, de las miles de mujeres que vivían recluidas sin salir al exterior, avergonzadas por sus cicatrices, de los que enloquecieron ante la desesperación o ante el miedo, de los que fueron capaces de enfrentarse a su destino y de otros que no tuvieron la fortaleza necesaria para hacerlo. Así conocemos historias como la de un chico de 22 años que sobrevivió al ataque sobre la ciudad siendo un niño y que tras enfermar decide ocultarlo, comienza a trabajar en una imprenta y se enamora por primera vez de una chica con la que se compromete y que lo acompañará hasta el final. También está la historia de otra chica, que tras los primeros síntomas acude al médico y lee por casualidad en su historial el diagnóstico » leucemia mieloide”, tras lo cual se ahorca. A propósito de la historia de esta chica, Oé hace la siguiente reflexión:

Cuando escucho historias como ésta, creo que tenemos suerte de que el nuestro no sea un país cristiano. Siento casi satisfacción de que el dogmático sentimiento cristiano de culpabilidad respecto al suicidio no persiguiera a la infeliz chica hasta la muerte. Ninguno de nosotros, supervivientes, puede juzgarla desde una perspectiva moral. 

El libro refleja también una crítica abierta hacia la utilización y la proliferación de las armas nucleares. Ésta es además una reivindicación de las personas que ofrecen sus testimonios, especialmente de los que lo hacen en primera persona. Una de las cosas que más me impresionaron del libro, quizás la más reveladora, es la forma en la que se manifiestan estas personas. Lo hacen siempre hablando desde sí mismos, sin caer en el victimismo, ni la autocompasión, con una honestidad brutal, y con una, al menos para mí, sorprendente falta de rencor hacia los causantes de su desgracia, que sólo puedo entender desde una tragedia humana que excede cualquier otra consideración.

El libro es también un homenaje a los 250 médicos voluntarios que junto con el resto de personal sanitario dieron socorro a los hibakusha con total abnegación y que en muchos casos acabaron padeciendo idéntico destino. Ellos fueron los primeros en descubrir la verdadera naturaleza de la bomba, que inicialmente había sido silenciada, cuando encontraron placas de Rayos X guardadas en los sótanos de los hospitales, que sin haber estado expuestas a la bomba, habían quedado afectadas. Tampoco abandonaron después de la declaración oficial que emitió el ejército americano en 1945, en la que anunciaban que los efectos fisiológicos que pudiesen aparecer sobre la población a partir de ese momento, no eran atribuibles a la bomba. Esta declaración dejó a las víctimas en un país, entonces ocupado por el ejército Aliado, condenadas al silencio y abandonadas a su suerte durante los siguientes diez años. Y finalmente fueron ellos los que, en palabras de Oé, desarrollaron una labor que basada por necesidad en el atroz método de prueba y error, permitió establecer los fundamentos de la medicina relativa a las enfermedades derivadas de la radiación.

Tanto los supervivientes como el personal sanitario terminan formando una idea única que da sentido al libro, el de la dignidad. Leerlo es acercarse a descubrir la profundidad de su significado, aunque el autor sienta que la realidad que descubrió allí supera las palabras.

En este ensayo, por tanto, me centraré en la dignidad humana. Esto es lo más importante que descubrí en Hiroshima y eso es, exactamente, lo que necesito para soportar y dirigir mi propia vida. Afirmo que descubrí la dignidad humana en Hiroshima, pero eso no significa necesariamente que pueda explicarlo con precisión. De hecho, las palabras no bastan. La realidad de la dignidad humana trasciende al lenguaje. Así lo he sentido desde mi infancia.

NOTA:

Leí este libro a principios del verano, acompañado por los sonidos de mis propios recuerdos. Visité Hiroshima hace algún tiempo, y descubrí en ella a una ciudad moderna que se niega a olvidar el pasado, y que simboliza con su memoria un deseo de paz, de que no haya más víctimas, ni más guerras.

Es evidente qua la ciudad habrá cambiado mucho desde aquel primer viaje de Kenzaburo Oé a principios de los años 60. Sin embargo tengo la sensación de que el mismo espíritu de dignidad que él encontró entonces, permanece allí presente.

II Semana del libro: «Ocultos» de Jordi Sierra i Fabra, por Lorién.

● Título:Ocultos

● Autor:Jordi Sierra i Fabra
Serie: Libro independiente
Publicación: 15 de Marzo 2012
Editorial: Montena
Páginas: 420

Tengo que deciros que a mí me gusta el misterio y las cosas así de oscuridad y un poco tenebrosas, y cuando me recomendaron este libro al verle las tapas ya como que me moló mazo. Os cuento la historia: iba a comprar un libro de regalo para mi hermana y en El Corte Inglés vi en la estantería este libro y una señora que estaba con su hija me dijo: “Seguro que te gusta” y me lo compré, total valía 16 y poco euros y pensé que era una buena compra.

Ya sé que con lo de El Corte Inglés he hecho publicidad pero bueno no me lo tengáis en cuenta, que yo no me manejo las librerías como vosotros. Bueno y entro a contaros de que va el libro, tenemos unos hermanos Elisabet y Eduardo, que pierden a su abuelo que es un anticuario de Barcelona, pero lo que no saben es que su abuelo además pertenece a una orden de esas secretas que tiene que guardar un libro mogollón de importante.

Tras el libro pues están el Vaticano, que siempre está detrás de casi todo, unos hombres de negro auténticos malos de la película y un chico misterioso que necesita el libro para dejar de existir, para palmarla, uno de los misterios que no os voy a revelar claro.

Un libro prohibido, dos hermanos, una carrera porque el tiempo se acaba y un continuo misterio que se va haciendo grande, y los hermanos también se van uniendo mucho más. Os diré que el libro en cuestión es el Libro de Thot, que según cuentan desde años muy lejanos, tiene el compendio de toda la sabiduría, sí compendio es una palabra que he sacado del libro y explica bien lo que quiero contaros.

El libro además contiene dibujos en el interior de manera que podamos observar lo que ven los personajes y que mola mucho y te hacen ver cosas y entiendes mejor esta fantástica historia. Además, contiene algunas páginas al final dónde se nos facilita información acerca de los libros prohibidos y una flipante ilustración en color que me ha gustado mucho. Ahora un fragmento de en qué ambiente han crecido Elisabet y Eduardo

Se movieron por ella como fantasmas a la búsqueda de un espacio,. Intentaban no hacer ruido, que los pasos no levantaran ecos fatuos. La villa tenía casi doscientos años de antigüedad, las paredes eran gruesas, las estancias amplias. Después de un sinfín de remodelaciones el interior no tenía mucho que ver con el exterior. Las ventanas grandes permitían el paso de la luz. Lo más increíble, sin embargo, era el profuso abigarramiento de objetos, cuadros, adornos, mesas, estatuas. A veces parecía más un museo que un hogar.

Pues como mi casa con tanto cuadro y tanta foto; bueno ya le voy cogiendo el truquico a esto de las reseñas eh, si podéis aunque os pilla mayores leeros el libro y si tenéis hijos de 14 a 18 o sobrinos pues mira que regalo.

II Semana del libro: «En el país de la nube blanca» de Sarah Lark, por Virginia.

Sinopsis: Londres, 1852: dos chicas emprenden la travesía en barco hacia Nueva Zelanda. Para ellas significa el comienzo de una nueva vida como futuras esposas de unos hombres a quienes no conocen. Gwyneira, de origen noble, está prometida al hijo de un magnate de la lana, mientras que Helen, institutriz de profesión, ha respondido a la solicitud de matrimonio de un granjero. Ambas deberán seguir su destino en una tierra a la que se compara con el paraíso. Pero ¿hallarán el amor y la felicidad en el extremo opuesto del mundo?

Muchísimos ejemplares vendidos, traducido a no sé cuantos idiomas, etc. Lo que se suele llamar un bestseller. La portada del libro además me gusta mucho, parece una tontería pero yo a veces elijo un libro por eso, esa portada del libro me recordaba a la película “El Piano”. Tienen en común además que la historia se desarrolla en Nueva Zelanda.

Pues ese libro lo miraba yo en las tiendas una y otra vez, lo hojeaba, miraba el precio y desistía. Además había gente que se lo había leído y me contaba maravillas. Pero nunca me decidí a comprarlo, hasta que este verano me lo prestó una amiga.

¿Que si me gustó? Pues pese a que el comienzo es alentador: un anuncio en una parroquia solicitando mujeres interesadas en casarse con colonos en Nueva Zelanda, la historia va decayendo a medida que avanzas en la lectura. En algunos momentos llegó incluso a aburrirme.

Podría haber sido una novela más de aventuras, pensaba yo, la historia hubiera dado para mucho, pero acaba siendo demasiado “romántica”, un poco edulcorada en cuanto a sentimientos y pasiones y donde los protagonistas siempre son guapos y valientes (esto último está muy bien cuando se trata de libros de aventura, pero no era el caso).

Es verdad que la primera parte, hasta que llegan a Nueva Zelanda y conocen a sus prometidos la historia engancha bastante, pero es a partir de ahí cuando el libro empieza a decaer con historias secundarias muy previsibles, en realidad también lo es la historia principal.

Se echa en falta que los personajes en general resulten más reales, para mi gusto están demasiado caracterizados, casi todo en ellos me ha resultado muy típico. Según iba leyendo era lo que más pasaba por mi mente: “vamos, lo típico”. Cada cosa que ocurría en la novela, la forma en que actuaban los personajes, nunca era una sorpresa, se podía adivinar, veías fácilmente por donde iba a devenir la historia.

Por otro lado es verdad que es un libro que se lee bien, porque son historias muy lineales, nada complicadas de seguir. Sí me han gustado las descripciones sobre la Nueva Zelanda incipiente, esas tierras tan extensas que describe, que uno siente la sensación de que todo está por estrenar, y que debe ser fascinante descubrirlo como hicieron todas las personas que llegaron allí por diferentes circunstancias. Igualmente me entretuvo lo que nos cuenta acerca de la vida de los granjeros y ganaderos que se instalaron allí y más concretamente de los ganaderos que se dedicaban a la cría de ovejas y todo el engranaje de ese negocio.

En definitiva considero que pese a ser un libro que no está mal, y que puede ser entretenido (siempre que no te hayas creado otras expectativas) es un libro que en mi opinión puede ser totalmente prescindible. Que si llega a tus manos y no tienes nada mejor que hacer, léelo, pero no merece la pena pagar lo que cuesta.