El Mundial de Rusia.

Empezó el mundial.

¿Qué mundial?

El de fútbol, hombre. Menuda pregunta también la tuya. El de Neymar, Messi, Piqué y Lopetegui. Y el de Hierro, también.

Muchos hombres atractivos sobre el campo. Podríamos hacer una clasificación de los más atractivos. Si eso me decís vuestras preferencias. Al final del mundial, nombramos al futbolista cañón.

Muchos hombres y mujeres en las gradas. Millones frente a las pantallas de televisión de sus casas, de las de sus amigos y familiares, en los bares. Incluso en las calles.

El mundial es en Rusia.

El fútbol gusta a todo el mundo. Es un tópico que los gays no siguen el fútbol. Conozco a algunos hinchas fervientes de sus equipos y que no se pierden un partido, que gustan de personas de su mismo sexo para su disfrute. El mismo Didac, nuestro amigo del diario. El fútbol no vamos a negarlo, mueve pasiones, da igual condición, procedencia o riqueza. Nivel cultural o situación familiar. Pasiones que a su vez, resultan para algunos incomprensibles. Pero es un hecho.

Los mandatarios de ese deporte deberían tenerlo en cuenta a la hora de tomar sus decisiones. No es cuestión solo de dinero. Podrían utilizar el fútbol para buenos fines, mejor dicho, para mandar mensajes de tolerancia, de amor, de fraternidad, de comprensión, de respeto. Esos valores al fin y al cabo, se propugnan con el deporte.

Ya hemos hablado algunas veces del tema. Si alguien piensa que no hay futbolistas de primer nivel que sean homosexuales, está en la inopia. ¿Los conocéis? No. Alguno ha reconocido su condición, pero no son de los grandes, ni de aquí. No son de primera división. ¿Os imagináis a Morata, a Neymar, a Ronaldo diciendo que son gays? ¿A Piqué? ¿A Sergio Canales? ¿Os pensáis que todos esos matrimonios con bellas damas son todos reales, y no hay algunos de ellos que son orquestados por sus representantes? Diréis que alucino. A lo mejor es verdad. Pero recordad lo que se hacía en el cine hace no tantos años con las estrellas que eran gays. En cuanto asomaban rumores insistentes, se les casaba con la primera mujer que estuviera disponible. Recordad esos rumores sobre la sexualidad de Cristiano Ronaldo, como fueron mitigados por aquellas noticias sobre todas las mujeres con las que había estado ese verano, un montón, por cierto, y aquella escapada conveniente a París, con su nueva novia. Sus escapadas en su jet privado a Marruecos para estar con su amigo boxeador y sus amigos, quedaron rápidamente en el olvido. No estoy diciendo que Ronaldo sea gay ni estoy diciendo lo contrario. Solo que sus representantes se cuidaron muy mucho de que no se hablara de Ronaldo como homosexual.

Ahí tampoco podemos meternos mucho. Son decisiones de cada futbolista. Eso sí, empujados por todo lo que rodea al deporte. Al fútbol al menos. Dinero, poder mediático, influencia. Eso es lo que dicen sus representantes que perderían si se supiera que son homosexuales. Y que la estructura del mundo del fútbol, sus dirigentes no son nada proclives al tema.

Hay algunos futbolistas que se han significado en campañas en favor de los homosexuales. Recuerdo a Neuer, por ejemplo, el portero de la selección alemana de fútbol. Recuerdo también una campaña hecha por la Federación inglesa de fútbol en defensa de los jugadores gays y animándoles a salir del armario. No recuerdo que hubiera ningún resultado. Y si recuerdo que los protagonistas de esas campañas se apresuraban a asegurar al mundo que, ellos, no eran gays.

Recuerdo a algunos entrenadores de fútbol, indicando poco menos que nunca habían sabido de un gay en alguno de sus equipos, y comentando que el fútbol no es cosa de afeminados. Vamos, que eran cosa de hombres. Me imagino que tampoco es cosa de mujeres. Digo yo. A esos entrenadores no se les espera entrenando al Atlético de Madrid femenino.

El caso es que, la FIFA lleva el mundial a Rusia. Rusia es conocida por su gran apego a los homosexuales y la defensa de sus derechos y condición. Y aquí tenemos ahora, a muchas federaciones nacionales de fútbol, recomendando a sus hinchas gays que si van a Rusia, vale, que vayan, pero sin carantoñas. Les quedaba decir algo así como: “Las manos quietas”. Sí, porque no vaya a ser que vayáis a animar a Inglaterra y con la euforia del gol deis un piquito a vuestra pareja y a la salida os den de hostias, por maricas. O que toméis una cerveza en una terraza en la Plaza Roja de Moscú y os vean rozándoos las manos y acabéis con las jarras incrustadas en el ano. Venga, que sí. En lugar de aprovechar un Mundial para promocionar el respeto, el amor, la concordia, cosas que son inherentes al deporte, o eso dicen, nos llevamos el mundial a un país intolerante con parte de la población, ofensiva incluso con ellos y fomentamos el miedo. Les hacemos la ola durante un mes, les hacemos promoción gratis. Qué más da que demos alas a los intolerantes en otros países y demos visibilidad a un país que no respeta a una parte de su población. Me parece un mensaje muy poco constructivo y que no tiene nada que ver con el deporte y su espíritu. Son mensajes que enviamos para una situación determinada pero que no sé hasta que punto algunos aprovecharán para que se traslade a otros escenarios. Y otros dejarán de sentirse cómodos en sus sitios de origen. Porque también algunos insistirán en convertir las calles de Londres en las de Moscú. Y el miedo de Moscú, en el de París.

El siguiente mundial ¿No era en Qatar? Bien, allí casi será mejor. Los derechos y el respeto a los homosexuales, el respeto y consideración a la mujer… allí las federaciones recomendarán a sus hinchas femeninas que lleven velo. Y a a los gays, directamente les recomendarán que no vayan.

Nos conformaremos con ver a chicos guapos sudados corriendo por el campo. Los que sean aficionados, sintiendo la pasión de sus colores. Eso es lo que hay. Otra vez perdimos la oportunidad de abrir caminos, no de cerrar puertas.

Ohé, ohé, parece confirmarse que España es otra vez Campeona del Europeo de fútbol.

Ohé, ohé, ohée.

Parce que se confirma. Pucho así me lo decía en un comentario: La selección española de fútbol ha ganado la Eurocopa del mismo deporte. Aunque bien pensado hubiera sido verdaderamente interesante que hubiera ganado la Eurocopa de Basket.

Parece que se confirma que ganaron 4 goles a 0. que todo salió estupendo y que somos unos chicos geniales. Que lo celebraron por todo lo alto en Madrid. Eso sí, se oyen rumores que para no confundir, hicieron casi el mismo recorrido que la marcha-cabalgata del Orgullo, pero en sentido contrario.

Sí, porque me dicen fuentes generalmente bien informadas, que el Sábado pasado fue el Orgullo. Y un colaborador de este blog me va a enviar unas instantáneas de tal evento. De lo del orgullo, no de lo del fútbol.

¿Os imagináis que alguno de los de la expedición española cerrara los ojos y por un momento se sintiera en lo alto de una de las carrozas del Orgullo? Porque alguno a lo mejor tiene ese sueño inconfesable. Hubiera sido bonito. También lo hubiera sido que en lugar de Cesc besando a su novia, o hace dos años, Casillas haciéndolo con la suya, hubiera un jugador que en plena celebración bajara al campo a su novio y le diera un piquito, con mirada de cordero degollado. Bueno, son tontadas ya lo sé.

Se acabó pues, los especiales de fútbol.

Es ahora ese momento en que algunos diríamos que ya podía importarnos algo de más enjundia con la misma intensidad. Y puede ser que haya algo de cierto en ello. Pero las cosas son como son. Algo tiene el fútbol que nos hace olvidar nuestras miserias, nos une a españoles de toda procedencia, a personas de distintas opciones políticas, que nada más consigue. Quizás porque es alrededor de la selección de fútbol, o de baloncesto o de otros deportes, en los pocos sitios en donde la política no hace aparición de ninguna forma. Quizás se combina todo esto y que parecen buena gente los jugadores y su entrenador, dominan las buenas formas, el compañerismo, y el apoyo mutuo y eso en el mundo de fútbol y en el de otros campos, no es habitual.

Es un momento en que la gran mayoría ha recibido un chute de optimismo… a mí, aunque el fútbol no me guste, me encanta que la gente esté contenta, que lo celebre, y que por un día, no hablemos de primas, ni de la alemana, ni del finlandés…

Ohée, ohée, ohé, España campeona.

Ohé, ohé, ohé.

Nota: Si por un casual mis fuentes están equivocadas y resulta que “la Roja” no ha ganado la Eurocopa de fútbol, me lo decís en un momento y cambio el post… ¡Joder! Ahora que lo pienso… ¿Y si resulta que todo ha sido un sueño? ¡¡Qué fuerte!! O que todo lo hayan montado para rodar una serie de televisión… ¡Qué fuerte!

Ohé, ohé, ohée, que ya estamos en la final, ohée, ohée.

Me miro las uñas de las manos, y no las encuentro. Me han servido estos días como aperitivo. El miércoles en la tanda de penaltis me comí la última. La chica que tenía al lado cuando Cesc marcó el 4º, había empezado ya con los mismos dedos. Intentaba arrancarse una falange, o a lo mejor, ahora que pienso era uno de esos dedos de gominola. A mí me gustaban más las moras, o los ladrillos pica pica. Las pica colas eran/son sensacionales. Y los jamones quemados tenían un no se qué… venga, va, si me das unos melocotones, tampoco los desprecio,

Todos sufriendo en rojo. Todos con la mirada fija en la pantalla, salvo los que se tapaban con la bandera, o con la bufanda para no ver… para no sufrir con el jugador que coge carrerilla para darle a la pelota, con el portero presto a saltar cual leopardo en busca de la pelota.

Y sufrir con Iker, el novio de la Carbonero. Sufrir desde el otro lado de la barrera, cambiendo pu es el punto de vista desde lo expuesto en el párrafo anterior, mirando ahora desde el portero que debe saltar como un leopardo, y esta vez sí, porque es el nuestro, (Iker, qué majo Iker), coger la pelota, o despejarla a córner, que como está el juego parado, pues se la pela, porque o van a sacarlo, ni hay rebote ni nada de eso.

Dioni se tapó hasta los oídos para no oírlo tampoco.

Luego, como todo salió bien, Dioni se tiraba de los pelos por no haber visto el momento justo, en el instante que ocurría, y no en la repetición. Aunque total la diferencia fueron 2 minutos, y nadie se lo iba a echar en cara, porque todos estaban a los suyo, con la mirada fija en la pantalla, o con la mirada escondida debajo del ala, o concentrados en las uñas, ohée, ohé, ohée. Así que dejó de preocuparse.

Ramiro le dio por comer tapas, una tras otra. Estaba en la Feria de tapas de Burgos, viéndolo en una pantalla que habían puesto en la calle. Y probó el no sé que hilado, y otra cosa que no sabía lo que era, pero daba igual, mientras comía tapas y bebía vinos, Ribera de Duero claro está, no se comía las uñas, ni se le movía el estómago, casi como cuando te enamoras, pero sin novio ni nada. Una mierda, claro. Porque al fin y al cabo, si luego tienes al novio que te produce esos vaivenes en el estómago, pues luego te desahogas, o al menos te coge de la mano, o te abraza, y así como que la ansiedad por si Sergio Ramos manda el penalti a la grada, como en la Champions, pues no es tan grande. A falta de novio, buenas son las tapas, que diría aquél, o no lo diría, pero lo digo yo.

Kevin miraba a su padre. Está aprendiendo. Tiene 7 años y todavía no sabe si hay que poner cara de preocupación, o saltar, o parecer seguro en la victoria. No sabe si debe ponerse nervioso, o cuando. Ve a su padre atacando la uña del dedo gordo y eso le despista. Porque siempre le han dicho que no debe comerse las uñas, y ahora su padre, las devora. Pero cuando Casillas para un penalti, salta con su padre, y se miran, y lo abraza… sin saber que esa será ya la última vez que abrace a su padre, porque eso ya “eres muy grande Kevin, majete”, y deberá esperar hasta el próximo mundial para abrazarlo de nuevo. Aunque él no lo sabe, pero entonces, será él el que pase ya de abrazar a su padre, joder, “que mariconada”. Aunque en el fondo le siga apeteciendo, pero sería el comentario de todos sus amigos, que están en igual situación, quieren pero… “Qué iba a decir la peña”.

Y Cesc dispara, y Cesc marca, y ya se ha acabado, ya no hace falta tirar más penaltis, y todos contentos, salvo los portugueses, y el pobre Ronaldo que jura en arameo, o en hebreo, vete tú a saber que yo de idiomas ando muy mal. Pero nada, mañana le sacan unas fotos con un niño enfermo para lavar un poco la imagen de engreído que va dejando por todos los sitios por los que va. Pero como decía aquél, “es que no es así, si es majísimo en la intimidad”, en donde “aquél” es su supuesto amigo… como si esta gente pudiera estar seguro de tener amigos, salvo si los hizo en el parvulario.

Y no puede ser que haya que esperar otros 4 días para saber si España vuelve a ganar la Eurocopa, no me puedo aguantar con la ansiedad, y las uñas no me dan más de sí, ni las de Juliana, la pobre, que después de ir a la manicura, de nada le ha servido a la pobre, salvo para ligar con el peluquero, para que luego digan que son todos gays. El mío tampoco lo es, que conste. Y el de Juliana tampoco.

Por eso, porque no puedo soportar esta ansiedad, esta larga espera a que los de Del Bosque jueguen un nuevo partido contra Italia, qué lío, con ellos jugaron el primer partido, y con ellos el último, (pues que se lo hubieran jugado todo en aquél partido, y ya nos volvemos, ganamos, y ya está, y no tanto partido, tantos nervios, y tanta leche) no puedo aguantar 4 días más de hablar del falso 9, de Negredo, de Llorente, de Silva o Alba, o de Mata, el pobre, o del Niño, que ha desaparecido, y no es que haya sido abducido por los extraterrestres, o al menos no ha salido en el periódico. Por eso y por muchas causas más, me voy a ir de excursión al monte Perdido, para que cuando baje, todo esté ya solucionado, y unirme a las celebraciones, si es que toca celebrar, o unirme a la lista de espera de los Psicólogos, para superar el haber perdido la final de la Eurocopa, ohée, ohée, ohé. He puesto Psicólogo con mayúscula, a ver si así me cuelan y me atienden antes.

Pero mira, ya puestos, prefiero que ganen, porque siempre es más bonito estar contento, y que la gente disfrute… y si tiene que disfrutar con el fútbol, pues que sea, que es mejor eso, que no disfrutar.

Ya me contaréis lo que ha pasado. Y no me busquéis, por favor. Ahora que lo pienso… como si alguien fuera a buscarme… ¡ja! Iluso de mí. Venga, va de ilusiones también se vive… ¿Habéis visto a Mi Príncipe? Es que así… no se puede seguir…

He dicho.

Ohé, ohé, ohéeeeeeeeeeeeeee. A por ellos, ohé, ohée, ohée.

Es el día, ohé, ohé, ohé.

No viene la inspiración.

Hoy es un día importante. Los jugadores de la roja respiran hondo, y se ponen los cascos con su música relajante. A lo mejor entonan cantos todos juntos como ese “a por ellos, ohé, ohé”, pasearán quizás inquietos por sus habitaciones, o echarán la siesta, vete tú a saber. O se pondrán a caramelos pinfos, porque a lo mejor matan los nervios con los caramelos.

Es un día en que pueden hacer historia. En que pueden levantar a todo un país de los asientos, un país llamado España. Pueden llenar las plazas y calles de fiesta, de algarabía, los coches tocando el claxon, las banderas ondeando por doquier, las caras pintadas de amarillo y rojo, ohé, ohé, ohé. Los hombres y mujeres abrazados sin mirar a quién, llenando de besos las caras que tienen más cerca. Los ojos llenos de lágrimas. Ohé, ohé, ohé.

Las actividades públicas se modifican en función de la hora del partido. Las corridas de toros se adelantan, los fuegos artificiales se retrasan. Las cenas se cancelan si no hay una televisión delante, o detrás, se queda en función del tamaño de la televisión del bar, ohé, ohé, ohé. ¡tres cervezas por 2,00 € durante el partido! Ohé, ohé, ohé.

Es la conversación en el ascensor, en la cola de la pescadería, en los baños de la oficina “Vamos a arrasar”, dice Floren mientras hace un pis. “Dos cero”, dice Ernesto, mientras se atusa el bigote delante del espejo. Ohé, ohé, ohé. ¡Unos mataos! Exclama Joel, el cenizo de la oficina. El resto hacen de cruces para espantar el mal de ojo.

Hoy puede ser el día en que las parejas reencuentren la pasión por el sexo. Hoy pueden ser concebidos muchos niños que nacerán contentos dentro de 9 meses y unas semanas. Puede ser día de orgías de alcohol y sexo. Es el día en que todos hacen porras y se juegan unos durillos. Y algunos se harán porros.

Todos tienen algo que hacer. Ver el partido. Sentir el partido. Comentar el partido. Cristiano al paredón, ohé, ohé, ohé. ¡¡Messi for ever!!

Así que con todo este entorno, este ambiente, cualquiera se pone a escribir sobre amor, o sobre historias imaginarias llenas de magia, de sentimientos, de palabras bonitas… aunque claro, siempre podría escribir un relato que se titulara “A por ellos, ohé, ohé, ohé”.

Lo dicho, la inspiración, hoy, la doy por perdida.

 

Leñe. ¿Habéis visto el vídeos? ¿Y si desapareciera hoy el equipo? ¿sin dejar rastro?

Mira, eso si tiene una historia.