¿Habéis visto?
Estos chicos de ETA, han querido ayudarme a poner en el mapa a Burgos. Sí, porque las ciudades pequeñas, para salir en las noticias, tiene que ser a base de estas cosas. A base de bombazos, de tragedias.
Es la forma de que se escuche al presidente de la Junta de Castilla y León. Se llama Juan Vicente Herrera, con el que algunos, por cierto, me confunden. Nos debemos dar un aire. Y que salga el alcalde de Burgos, que como es ex ministro, ya es algo más conocido.
Y nos ponen una bomba, y salimos en los papeles, como se decía antes. O en la portada del telediario.
Este miércoles 29 de Julio, es uno de estos días en que vas haciendo cosas, trabajando, intentando que alguna de las montañas de papeles baje un poco, y con el otro ojo, estés mirando o escuchando las novedades. Los detalles. Es curioso porque por más que escuchas, y con toda la información que dan, al final no acabas de hacerte una idea de cómo sucedieron las cosas, de quien llegó antes, de dónde fueron atendidos los heridos, de dónde ha habido destrozos…
Destrozos… he pasado por allí unas cuantas veces, y la verdad es que es impresionante. No me pilla cerca de casa, pero me pilla en el camino al trabajo. Y como parte de las calles que rodean esa zona estaban cortadas, hay un cierto atasco ahí. Así que te da tiempo a echar una ojeada, aunque no sea suficiente para quedarte con los mil y un detalles que hay allí. Pero… es tremendo ver esos edificios feos, mastodónticos, con las fachadas casi caídas por completo. Escuchaba decir a alguien esta mañana que, debía haber un ángel de la guarda encima de ese cuartel… y efectivamente, debía haberlo. Es increíble que no haya habido muertos. Solo heridos leves. Increíble.
La onda expansiva llegó lejos. El hospital de Burgos, sufrió también roturas de cristales. No está lejos… pero hay muchas cosas en medio. El Carrefour, la gasolinera que hay al lado, los bomberos, que están al otro lado de la calle… han sufrido roturas de cristales varias. La cantidad de chalets, pareados, duplex, y edificios que hay en la falda de la montaña que está al lado del cuartel… han debido quedar casi como el cuartel… Cientos y cientos de familias, a estas horas, están pensando no en las vacaciones, sino dónde se meten los próximos días… dónde meten a sus hijos, y con qué les visten…
¿Y por qué? ¿Cuál es la finalidad de esta bomba? ¿Y del resto de las bombas? ¿Y de las pistolas en la sien?
Nunca lo he entendido. Por mucho que intento ponerme en su lugar, no lo consigo. No consigo ver por qué la gente para defender unos ideales más o menos comprensibles, necesitan matar a los demás. No entiendo que la independencia de Euskadi, merezca la muerte de siquiera una persona. Tampoco entiendo la idea de país que defienden. Ni esa opresión que dicen sienten por parte del resto de España… Pero… eso queda en la diferencia ideológica. Porque la idea de ETA que defiende para su país, va más lejos de la independencia. Pero creo que ni esa, ni cualquier otra idea, pueda defenderse amedrentando a los demás. Matándoles. Es la cultura del odio.
En ese cuartel, he entrado yo muchas veces. He trabajado ahí. He visto a esas familias, a los guardias, a sus maridos o a sus mujeres. A sus hijos. Les he visto celebrar el día del Pilar, todos juntos, frente a cuatro canapés de foie gras y a cuatro cortezas. Imaginarme a esas familias durmiendo, despertando porque se cae la pared de su casa… cogiendo a sus hijos peques en pijama, y bajando con ellos en brazos, hasta 14 pisos… entre cascotes, cristales, posiblemente a oscuras… se me encoge el corazón…
… y no, no me hace falta llamarles hijos de puta, cabrones, mastuerzos. No hace falta postrarse de hinojos, y darse golpes en el pecho. No. Mi corazón llora. Y mi espíritu… mi espíritu rebosa de felicidad por el ángel de la guarda que esta noche estaba vigilando en la casa cuartel de la Guardia Civil de la Av. de Cantabria de Burgos. 41 niños. 41.