Navidad 2014: Duke Ellington «The Volga Vouty (danza rusa)» del Cascanueces de Tchaicowsky.

La Navidad es alegría. Y creo que esta pieza la trasmite perfectamente, aunque no es propiamente navideña.

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Los pies vuelan solos escuchando esta música.

Y así, bailando con alegría, acabamos esta programación especial por Navidad. Es cierto, es febrero, pero a mí siempre me ha parecido que Navidad debe ser todo el año. Al menos ese espíritu teórico que debe conllevar su celebración.

Algunas historias navideñas  que me vinieron en aquellos días, se han quedado sin escribir. Otras que he publicado, se han quedado sin desarrollar completamente, con el enfado consiguiente de sus protagonistas. Pero siempre nos quedarán las Navidades que viene.

Y como no, agradecer a Valyria, a Lourdes, a Dídac, a Lorién, a Pere, a Josep y por supuesto, a Adri, su colaboración en esta programación especial por Navidad. Con la Navidad blanca y la negra.

Pero seguimos con parte del espíritu navideño. Llega San Valentín. Mucho Azúcar y mucho Amor. Y habrá que hacer algo. Y el 14 de febrero es otro de esos días que sería conveniente trasladar al resto de los días del año. Chicos, chicas, pido vuestra colaboración. Mi correo en el lateral para que me enviéis historias, relatos, música, fotos… declaraciones de amor, lo que queráis. No me falléis ¿eh? Dale al play otra vez y disfruta de Duke Ellintong interpretando a Tchaicowsky.

I Semana del chico guapo: Christopher Fawcett, Kim Kraglund, Louis Mayhew y Devon Spence, se lo pasan de miedo.

Y dicen las malas lenguas que en esa sesión de fotos, todos cobraron. Los modelos, el fotógrafo, los estilistas, los ayudantes varios, los de las luces… todos cobraron… increíble. Yo ayer fui al cine a pasarlo bien, y me cobraron.

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Os recuerdo el nombre de estos chicos: Christopher Fawcett, Kim Kraglund, Louis Mayhew y Devon Spence

Estas fotos se las mangué en su momento a Jahhy de Burbujas de Deseo. 

¡¡Gracias Jahhy!!

Burbujas de Deseo es, posiblemente, uno de los tres mejores blogs del mundo sobre modelos masculinos.

Así que ya estáis visitándolo  y dándole recuerdos a Jahh de mi parte.

Seguimos en la I Semana del chico guapo. Hoy, 4 en lugar de 1.

¡Qué guay!

Sí, sí, es guay.

Ha acabado la «I Semana de la música» y creo que nos ha quedado bien ¿no?

Han sido 31 post. Habéis colaborado unos cuantos. Hemos conocido la historia de Armando y su familia. Muy someramente, porque Armando guarda muchos secretos. Y sus hijos, su mujer, el amor de su vida… la música a su alrededor… pero tampoco está bien descubrir todo, todo, de la gente.

Dídac nos ha tocado el violín. Y Evelyn nos ha tocado el piano. ¿A que no os esperabais ese colofón? Venga, va, saquemos pecho: no todos los blogs del mundo cuentan con un equipo de músicos de primer nivel internacional  a su disposición.

Y la vida sigue después de la música. Habrá que seguir contando historias y descubriendo otras, amando el arte, la cultura, amando a los chicos guapos… hace más de un mes que no cuelgo a ningún chico guapo. La semana que viene, volveremos a disfrutar de los hombres guapos que hay por el mundo.

Por cierto, había una propuesta que hizo virginia en su momento, si no me equivoco, y que aplaudió con entusiasmo Pucho, de hacer una semana del chico guapo. Y creo que julio es un buen mes para hacerlo.

Y así de repente, pues se me ha ocurrido el 8 de julio.

El 8 de julio, empezamos la I Semana del chico guapo.

¿Definir chico guapo? Pues cada uno, el que le guste. No me tiene que gustar a mí ¿eh? A mí solo me debe gustar mi Príncipe. A todo esto ¿Alguien lo ha visto?

Así que id buscando fotos de vuestros modelos, actores, o chicos en general que os gusten. Y me las mandáis. A ser posible sin mostrar desnudos integrales. Definamos desnudo integral como que no se vean sus órganos genitales.

Podéis aprovechar estos días para sacar a los participantes en el Orgullo, por si este año yo no me acerco a Madrid a sacar fotos. También podéis sacar a los chicos de Sevilla, o de Barcelona o de la ciudad en dónde se hagan esas celebraciones.

¿Y de qué os hablaré el próximo día? Hummm, una sorpresa.

Ya me iba sin daros las gracias. Gracias ¿eh? Pues vuestra complicidad. Gracias por estar ahí. ¿Hay alguien ahí? Pues saludad al menos… hoy toca que todos saludéis en los comentarios. A ver si hoy conseguimos que 15 de vosotros digan hola. Y si puede ser algo más, mejor. Y si sois 20, mejor que mejor.

Gracias a Lorién. Gracias a Marcos. A Pucho. A Pere. Gracias a Biron. Gracias a Evelyn. Gracias a Dídac. Gracias por ser mis cómplices.

A virginia y a Josep por sus comentarios. Y a Mohammed R Sherman.

Y a Armando, por contarnos su historia.

Y ahora que lo pienso, un poco de música no estaría mal. Música divertida. O por qué la música clásica  no es solo para eruditos y gente seria.

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Post Peligroso II: las respuestas del correo del Zar.

El tiempo pasa. Dependiendo de las circunstancias, el tiempo pasa deprisa o lento como la más lenta de las tortugas.

El tiempo cura. No sé si el tiempo lo cura más y mejor si pasa deprisa o despacio. A veces pasa despacio, pero parce que pasa mucho tiempo, o al revés, o una mezcla, pasa deprisa y parece que pasan muchas cosas y eso te da la impresión de que pasa mucho tiempo, cuando en realidad apenas han sido un par de días. Parece un galimatías, pero es algo comúnmente reconocido por las … nada, iba a decir una bobada y no estamos para bobadas.

Hoy es jueves, y parece que fue hace un siglo. Parece que el lunes fue un día del siglo pasado, y que l martes fue un día interminable. La vida sigue, es cierto, y hay que mirar hacia delante. Lo decía Josep el otro día. También decía lo de las rachas… y es cierto, empecé con mi madre hace 5 años, en mis brazos, seguí con Isabel, una amiga y la mujer de un amigo, luego ha venido mi padre y el lunes con Javi. En casi todos los casos, los consuelos son fáciles: iban a sufrir mucho, era lo mejor, para ellos y para los que les rodeaban… tres de ellos tuvieron un desencadenante, que es el cáncer.

Ayer hablaba con otro amigo, el padre de mi tato. Sí la razón de la mitad de mi nick. Coincidí con él y con su mujer varias veces en Oncología. Él las ha pasado canutas, y se las ha hecho pasar más canutas tanto a su mujer como a sus hijos. Alguna vez os he hablado de su mujer… y de alguna charla en medio de la calle. Ahora, está bien… y parece que lo sabe todo, y tiene un toque de vencedor… pobre… iba a tomar un vino, cosa que tiene prohibido… pero él parecía que estaba sobre la vida y la muerte… iluso… solo lamento lo mal que lo van a pasar tanto su mujer como sus hijos. Porque además tuve la impresión de que solo se escuchaba a él mismo, en todo caso alguna circunstancia que no sabía…

Aprenderemos a saber que no está. Decir como dije el otro día que me había quedado solo de alguna forma… Borja, no es despreciar a los que estáis, a los que como dices, no os vais a ninguna parte. Pero cada uno, cada persona, creo que ocupamos un espacio determinado en la vida de otra persona. Y ese lugar no lo puede volver a ocupar otra persona. Él me defendió cuando hizo falta, me dio trabajo, mee dio su confianza, su amistad, me apoyó cuando un problema por un beso mal dado a un chico, tuvo como consecuencia que nos hiciera perder mucho dinero a la empresa en la que trabajo. Es a veces el problema de ser gay. Un beso puede desencadenar la ruina. Un beso en la mejilla, si llega a ser en la boca… Quizás si me hubiera quitado de en medio, ellos hubieran podido seguir sin quebranto. Siempre evitó hablar de ese tema. Nunca quiso saber… nunca quiso una explicación, solo siguió como si nada. Para muchos yo era su hermano, y nunca lo desmentía, ni sacaba del error a nadie. Ese lugar en mi vida, no lo pude ocupar otra persona. Como el que ocupas tú, no lo ocupará nadie.

Posiblemente mañana o pasado, o al otro… ya no se me note apenas. Casi nadie nota lo de mi padre, lo que me pesa su ausencia. Tampoco vas a ir por la calle con cara de funeral… en muchos momentos no te acuerdas, y vas estupendo… no hace falta preocuparse. Pero mira que soy bastante empático, y mira, no lograba ponerme en el lugar de ese diseñador de moda muy famoso que se suicidó hace unos pocos años, porque no superó la muerte, creo que era de su madre. Y ahora soy capaz de ponerme en su lugar. Eso no quiere decir que por ninguna circunstancia yo vaya a tomar una decisión siquiera parecida. No. No. Pero puedo revivir en mis carnes su angustia, su vacío… ¿Veis como sentir es una mierda?

Y sabes, Pucho, cuando hablo de hacer algo, en realidad solo me refería a estar. Es que muchas veces las palabras y los hechos sobran. Yo soy más de estar, de hacer sentir que estoy cerca, o dentro del corazón del otro… no tengo palabras maravillosas, ni gesto estupendos, salvo el de abrazar, o el de dar un beso… o dos… si se dejan. De eso me quejo, eso me echo en cara, que no pude estar, que no supe hacerlo… por eso digo que yo mismo me decepciono. La decepción es solo un estado en el que se mide lo que uno cree que pude o debe hacer, y lo que al final hace. No es nada más. O lo que uno espera de los demás, o lo que quisiera que sucediera… Por eso el problema pude estar en algunos casos en las expectativas, y en otros, en las ilusiones, y en otros… en no saber hacerlo, en no saber estar. En no tener fuerzas, ser débil, sentir con demasiada fuerza.

Omar, Ernesto, Carlos… sí, así es la vida, a veces triste… a veces solitaria… pero quizás encontremos también algo positivo, alegre… quizás mi Príncipe llegue un día de estos y os lo cuente todo ilusionado… ¿Vosotros tenéis Príncipe?

Ya he acabado este post, y no tengo claro si ha sido mucho tiempo el que he utilizado, o no. Tengo la idea de que he escrito bastante, y lo he hecho sin dilaciones, sin pararme a pensar demasiado. Ni siquiera me ha parado a limpiarme las gafas, y eso que necesitan una gamuza.

El tiempo y su medida relativa.

Y sigue quedando pendiente hablar de la vida, de la muerte, d ella mentira, de la verdad, de los Príncipes, de la eternidad, de la magia, de las vidas ordinarias, de las imaginarias, de las extraordinarias, de la ficción, de la cotidianidad, de la Lotería de la Navidad, de los modelos guapos, de lo que vais a escribir para Navidad, o de la música que me vais a mandar… para Navidad, o de las fotos que vais a sacar en vuestras ciudades o pueblos. Todo para Navidad.

La Semana de la música, en enero.

Gracias a todos por todo.

I Semana del cine: Epílogo. Con historia y música.

Hacía sol. Un sol de invierno. Apenas calentaba, aunque alegraba el espíritu. Frío. Y un poco de aire.

Felisa echó a correr cuando vio a Carlos mientras lo llamaba a gritos. Éste se giró y la esperó con una sonrisa.

Un beso.

– ¡Qué fuerte lo del Jesús! – Felisa venía obsesionada por el tema desde que lo había visto en el twitter de María, y casi no esperó siquiera a que Carlos le dijera hola.

– Tío, pero… ¿Es cierto? No será una coña… – Tino se unió a ellos. Arturo llegó por detrás y rodeó su cintura mientras lo besaba en el cuello.

Carlos asentía triste.

– ¿Qué pasa? – Tino no se había enterado y se lo contaron.

Alfonso y Fer llegaban cogidos de la mano.

– Me ha dicho mi padre que no ha sido mucho – dijo Fer. Alfonso miraba al suelo pensativo.

– ¿Estaba de guardia?

– No, pero llamó cuando me llegó el wasap. Se lo dije y tal…

– Pero la cara…

– La hostia, tío, me… cago en to, joder. Deberíamos…

– Tíos, mirad la hora, joder, que llegamos tarde.

– Me han dicho que vas a dar tu la clase, Alfonso. El resumen de o las conclusiones o como se diga del seminario de cine.

Rosa picajosa.

Alfonso la ignoró. Pero poco.

– Me han dicho que mañana te vas a volver inteligente.

Alfonso devolviendo como si dejara caer una hoja de un árbol cercano mecida suavemente por el aire suave, cuando hace aire suave.

Rosa gruñía.

– Nunca has podido superar que te cambiara por Fer – otra hoja que caía balanceándose.

Alfonso atacaba. Estaba cansado de los dardos de Rosa todos los días.

– Eres un mierda – Rosa sin argumentos, pero con contundencia y decisión.

– No sería lo mismo un martes o un miércoles, o un jueves sin vuestros flechas envenenadas – dijo Tomás, saludando a todos.

– Ni un viernes, colegas – Alex.

Sandra les alcanzó en la escalera.

Jordi ya estaba en clase. Y María. Y Roger que ligaba con ésta. Pero no había casi avances.

– A lo mejor nos dan fiesta.

– Desde luego, sería lo propio.

– Votemos, votemos por la suspensión de la clase por solidaridad con el profe.

– Vamos, a la calle, a tomar el sol y solidarizarnos.

– Pero que morro tenéis – Jordi se había subido a su silla – el profe os la suda, lo que queréis es pirola colectiva…

Fue abucheado por una aplastante mayoría, con la excepción de Carla, pero porque le gustaba. Algunas bolas de papel volaban hacía él que repartía cortes de mangas y risas a todo el mundo.

– Tch, callad… – Alfonso dio la voz de alarma.

Y se fueron callando según fueron mirando hacia dónde lo hacía él.

Alfonso miraba la puerta.

Y en ella estaba Jesús.

La algarabía dejó paso al silencio. Las sonrisas a las bocas abiertas o tapadas con alguna mano o carpeta, según venía más a mano. Incluso Carlos se la tapó con su ipad.

Jesús los miraba a todos desde la puerta. Había temido ese momento y estaba siendo peor de lo que había imaginado. No por nada, sino por las caras de… ¿pena? ¿asombro? Cariño quizás en algunos… respeto… o a lo mejor su cara ese día infundía todo lo contrario.

– Hostias profe.

– Desde luego Roger, tu bocabulario no mejoraría ni con lejía. Bocabulario escrito con “b”.

– Pero si ya se con “b” – Roger un poco despistado y asombrado, un rato por la cara del profesor, y otro rato por las “b” o “v” de vocabulario.

– Las dos.

Roger más asombrado. No podía quitar la vista de la cara de Jesús.

– Otro día te lo explico. – Jesús le sonrió, aunque apenas se reconocía como sonrisa, todo lo más como una mueca con aspiraciones.

Respiró hondo y afrontó el tema, después de cerrar la puerta de la clase. Fuera su mujer lo miraba con orgullo y con un poco de preocupación. Solo mirarla a los ojos le daba ese golpe de energía y decisión que hoy necesitaba más que nunca.

– Mirad bien mi cara durante un rato, y así podremos seguir con otras cosas – Jesús posó su portafolios en la mesa y empezó a pasearse por entre las mesas. Todos lo miraban, aunque algunos no podían resistirlo y bajaban la vista muy rápido, sobre todo si coincidían con la mirada de Jesús.

– Solo son hinchazones varios, unos cuantos puntos… este ojo – se lo señalaba, era el izquierdo – Está un poco hinchado y – se le trababa la lengua, la boca la tenía seca, seca – no veo muy bien por él… pero no tendría suerte que os ponga hoy un examen y aprovecháis a copiar mientras estáis a ese lado. No sé lo que he dicho pero me entendéis… ¿no?

Risas forzadas.

– Pero ¿qué le pasó?

– Pues nada, Fer, por cierto, dale las gracias a tu padre por preocuparse – le apretó el hombro al pasar junto a él – unos que discrepaban sobre mi opinión sobre una peli.

– Sobre Cenicienta, seguro – le picó Alfonso.

– 101 dálmatas – le picó Fer. Alfonso le sacó la lengua.

– Casi, pero no. Da igual la peli, pero… mirad, mirad lo que pasa a veces por opinar distinto sobre cine. Imaginaros si llega a ser por política. O por dinero.

– Va, es trola, sería por otra cosa – Rosa.

– Pues va a ser cierto que el amor en su matrimonio se ha acabado… joder como las gasta su señora – le picó Tino.

– Calla, calla – le dijo Jesús yendo hacía él fingiendo susto – que no se entere nadie. Por cierto – se giró hacia Carlos – creo que el desfile de moda femenina está en marcha ¿Contamos contigo?

Risas tranquilizadoras. Parecía que había conseguido quitarle un poco de dramatismo a su aspecto, que verdaderamente era bastante perjudicado. Carlos ayudó levantándose y contoneándose.

– Eres una perfecta señorita, ¡¡Hummmmmm!! – Arturo se regodeaba mientras Tino le daba un codazo celoso.

– Pues esa señorita esta cazada. – amenazó Felisa.

– Como está el patio… – Jesús sonreía mirando a los contendientes alternativamente. – Volvamos al tema. Tomás, dinos que te ha parecido el Seminario del cine.

– Guay.

Silencio. Jesús lo miraba esperando… le hizo un gesto con las manos animándolo a hablar, y Tomás le respondió con una subida de hombros, a la vez que abría las manos… estaba claro que ya había expresado su opinión.

– Vamos, sigue.

– ¡Ah! – pero no arrancó, silencio.

– Es cortado, profe, ya lo sabe. Pregunte al Genio del cine, ya verá.

Alfonso ignoró de nuevo a Rosa.

– Tomás se ha expresado. Arturo, dinos tu opinión, a ser posible con un poco más de extensión que Tomás. Tomás, no nos comemos a nadie.

– Quite quite, mire lo que le ha pasado por decir lo que piensa. ¿Y si pongo a parir a “Muerte en Venecia” y me parten la cara como a Vd? ¿O 2001, que es un peñazo?

– Hala, que dices peñazo.

– Es peñazo.

– Es una obra maestra – Alfonso se levantó de la silla.

– Un poco aburrrida si es ¿eeh? – apoyó Tino a Tomás.

– ¿Ve profe? Me pegan…

– Na, si te quieren mucho.

– Sobre todo Jimena.

– Coño, lo que se entera uno. Tomás, si te pones colorado… no te pongas así, mira a Fer y Alfonso que el otro día disimulaban, y hoy ya se lanzan miraditas…

– Y van por la calle de la mano.

– Te calles, coño, que eso no le importa… ni viene a cuento.

– Sí, me importa… veros felices…

– A mi me importa por qué le han partido la jeta – contraatacó Alfonso.

– Ya te lo he dicho.

– Es coña.

– No, no lo es. No te enfades…

– Joder me… joder… – Alfonso parecía afectado…

Jesús se acercó a él. Alfonso bajaba la cabeza pero Jesús le obligó a levantarla de nuevo y a mirarle a la cara. Eso no lo consiguió del todo…

– Estoy bien de verdad

Para Alfonso era importante. Jesús no era solo su profesor, era también la persona que le había apoyado cuando su padre cayó enfermo. Era importante que estuviera bien, porque de alguna forma era su apoyo también en su relación con Fernando. Desde que Jesús había entrado en la clase, Alfonso había luchado contra su rabia, su impotencia, su dolor… Jesús era lo único a lo que ahora se podía agarrar… le daba seguridad… no solo era un profesor de la universidad…

– Pille a quién… como lo pillee, la hostia puta, le parto… la puta cabeza, joder.

Se había levantado, inclinaba hacia delante su cuerpo… no hablaba, disparaba odio por su boca… el resto de la clase lo miraba en silencio. Nadie osaba reírse, ni siquiera Rosa que seguía amándolo, aunque sabía que nunca volvería con él. Y eso la dolía y eso hacía que lo atacara siempre que podía… pero sabía lo que Jesús había significado para Alfonso. Lo que significaba, el apoyo que le daba. Jesús no era un profesor al uso. Todos los sabían, y todos intuían que esa manera de implicarse con sus alumnos posiblemente fuera la causa de su percance. Incluso alguno intuía que en esa clase habría alguien que sabía más que lo que traslucía…

– Va, Al, va, tranquilo, todo va a ir bien. Quisiera oírte contarnos lo que te ha parecido, – a Jesús le costaba hablar, Alfonso le emocionaba – las películas que faltaban, y bueno, también me gustaría escucharte por qué no has querido participar.

Ahora Alfonso se sentía traidor a su protector. No había participado porque tenia miedo de resultar pedante, de ser un plasta, de hacer que Fer se avergonzara de él, de que el resto de la gente se riera de él. Pero ahora veía que en realidad había traicionado a Jesús. Qué él esperaba sus películas, porque apreciaba su opinión…

– No participé porque soy un cagado… y te he fallado.

– Respuesta errónea, otro intento. Nunca me fallas, Alfonso. Intenta con otra respuesta.

Respiró hondo.

– Por estos bobos – y señaló a sus compañeros – que no me entienden.

– Ahaaaaaaaaaaaaaaaaaa – todos a una rompiendo el momento embarazoso.

– Dinos tu opinión, te escuchamos.

– Na, está guay, cada uno con sus películas. Pero nadie ha dicho casi nada en contra de 2001, o de Muerte en Venecia, o de Mother, o de Shara, y seguro que al 90% le parecen un coñazo.

– Porque lo son.

– Pero tú, Patry, no dijiste nada – le echó en cara Carlos.

– Ni tú, no te jode, que hasta roncabas con 2001.

– Pues no podía opinar, si me dormí. Es que mi hermanito lloró toda la noche.

– El pobre ya está sirviendo de coartada al hermano mayor. Será posible… a tus años…

– A mí me moló “Historias de Filadelfia”, que jartá de reír, la hostia.

– Roger dixit – sentenció el profesor.

– ¿Mande?

– Rosa, dinos tu peli preferida de la semana.

– Oliver, es guay, que música, y lo que lloré, la host…. – se corrigió a tiempo – la leche.

– ¡Caspita! – bromeó Felisa – A mí me gustó la de los militares…

– “El valle de Elah” – le ayudó Paqui.

– Jordi, tu turno.

– A mí me moló “El secreto de sus ojos”. Qué guays esa escena del juez que le toman el pelo los otros…

– Alfonso.

– A mí… a parte de las obras maestras…

– Pero ¿te molan porque todos dicen que son guays, o porque de verdad te molan?

Alfonso miró a Tino como si fuera un extraterrestre.

– Claro que me molan, si no no lo diría. No trago “La Diligencia” y los críticos y eso, dicen que es grandiosa. Pero a mi me parece una caca. O “La Delgada línea roja” de Malick, una patata frita.

– Vale, vale, no te enfades, coña.

– Venga. Al, dinos cual te gusta más…

– Nosferatu, no la conocía… y …

– Joder, la muda, sois raros…

– Vale, vale… que os desmandáis…

Pero no le hacían ni caso.

– Coño, callarse. – Jesús dio un manotazo en la mesa.

– Y ¿os ha gustado la experiencia?

– Síiiiiiiiiiiiii – todos a una.

– Venga, pues repetiremos.

Algunos aplausos, algunos silbidos…

– Chicos, muchas gracias a todos por vuestra colaboración. Sobre todo a los que habéis traído películas, a Virginia, a Pere, a Pucho, a Lorién, a Marcos, a Blanca, a Borja, a Josep, a Dídac, a Edgard. Gracias a todos.

Aplausos y el chiflido de Martín.

– Y a los demás por ver cine, y por leer sobre cine.

Más aplausos.

– ¡Hala, a cascarla! ¡Largo!

Jesús se sentó en su silla. Disimuló que miraba algo en el portafolios. Quería evitar que se acercaran a hablar con él. Estaba muy cansado… y no quería dar demasiadas explicaciones sobre su estado. Pero por más que disimuló, ahí estaba Alfonso. Fernando esperaba en la puerta… como haciendo guardia.

Jesús sonrió triste.

– Solo te tengo a ti, joder…

– No es cierto, tu padre…

Alfonso hizo un gesto de hastío… su padre seguía delicado… no era un apoyo para él. Y tenía miedo por las noches de que a la mañana siguiente, él estuviera muerto…

– … Fernando, y el resto de la gente, – Jesús siguió hablando sin darse por enterado del gesto de Alfonso – no de clase, de clase también, claro, sino del barrio, tus amigos… tienes muchos amigos…

– ¿No me vas a contar lo que pasó?

Jesús lo miró con la cabeza inclinada. No dijo nada con palabras, pero con el cuerpo lo dijo todo.

Alfonso no podía evitar al decepción. Y la tristeza, y el miedo. Jesús se levantó despacio y dio los dos pasos que lo separaba de Alfonso y lo abrazó.

De repente por la puerta volvieron a entrar el resto de los alumnos. Empezaron a jalear en alto, a rodearles, a darles palmadas. “profe, si lo llego a saber hubiera propuesto El hombre elefante”, “No había ninguna película española” “profe cuéntenos…” “Jesús si quires parto las piernas a alguien” “¿Y la policía?” “Alfonso, no te quedes así, tío”.

Habían vuelto porque se habían dado cuenta de que no le habían mostrado su cariño a Jesús.

Y él se lo merecía.

Fernando consiguió llegar a Alfonso que seguía en medio el tumulto. Se puso a su lado y rozó apenas con un dedo su mano. Alfonso sin mirarle siquiera, enlazó su dedo meñique con el dedo de él que le había empezado a rozar. Y así siguieron hablando un buen rato, con todos, y con Jesús, agarrados por un dedo, que era tan poco, pero que en realidad lo era todo. “Y si hacemos un seminario de Música?” “¡¡Guay!!” “Grande, idea grande” “Pero de música clásica” “¡qué peñazo!” “Pero el profe de música se ha dado de baja” “Bueno” “No sé” “Vale” “Guay” “Joder” “¿Lo hacemos?”

Y Jesús se encogió de hombros. E intentó sonreír, pero una vez más lo que consiguió es una mueca con pretensiones. Y mientras, por la megafonía empezó a sonar una música: