La función del viernes por la noche.

Llegué del trabajo. Cansado… agotado, más bien.

Dos días por delante. De tranquilidad, de relax.

Me encendí un cigarrillo. Aspiré el humo con fruición. Quería que el humo se llevara conmigo la tristeza, el agobio de la semana. Quería que se llevara la sensación de ser un inútil inservible. Quería que me diera la paz y la tranquilidad para poder disfrutar de las cosas maravillosas que tiene la vida. Dos días para ser otra persona. De lunes a viernes, el amargado que trabaja sin apreciar lo que hace; sábado y domingo, el hombre nuevo, vital, con ganas de reír y sentir, y activo… y feliz.

Se acaba el cigarrillo y no pasa nada. El humo no se ha llevado ese estado de apatía que me embarga.

Me desnudo mirando por la ventana. Sin miedo a que me vean, despreciando las convenciones. No es valentía, ni siquiera deseos de exhibicionismo. Es la certeza de que nadie va a mirar. Nadie me va a querer ver desnudo, ni de espíritu, ni de cuerpo.

Me voy a la ducha. Agua caliente. La dejo correr… y correr… Lloro. En silencio. Las lágrimas se confunden con el agua que abraza mi piel. De repente me quedo sin fuerzas. Las piernas no me pueden sostener. Poco a poco voy doblando mis rodillas, consigo sentarme… doblo mis rodillas sobre mi pecho, y sigo llorando. Lloro y lloro. En silencio.

Siento en mis entrañas una furia inmensa. De esa que se queda enquistada dentro. De esa que encoge tus pulmones impidiéndote respirar profundamente. De esa que te abate, ya que no puede romper su cárcel y dar rienda suelta a  la violencia que es intrínseca a ella. Siento que soy una mierda… y quisiera que el agua ardiente de la ducha, me  deshaga poco a poco y me lleve por el desagüe.

Pero hoy nada lo consigue. La opresión en el pecho sigue… mis fuerzas siguen ausentes. Pierdo mi mirada en los recuerdos, esperando encontrar el momento en que me convertí en un fantasma sin alma. En una sombra de nada.

Cierro el agua.

Me seco con descuido.

Me siento en la cama.

Llamo a los dulces brazos del sueño.

Espero que cuando lleguen, pueda recuperar el cuerpo debajo de la sábana del fantasma, la sombra de la sombra.

Se apagan los focos.

Mañana quizás sea otro día.

Mañana quizás sea hora de otra función muy distinta.

O por el contrario, sea hora de repetir la misma función, con parecidas palabras, parecidos sentimientos.

Es la magia del teatro. La magia del teatro de la vida.

Una buena mañana para correr (8).

Llegaron a su casa.

Jaime le besó. En la puerta. Sobre la puerta. Con Joan pegado a ella. Con Jaime intentando que Joan la atravesara. Empujaba y empujaba.

–        Tranquilo… despacio – Dijo al final Joan, separándole un poco.

Porque Joan empezaba a sufrir de aplastamiento.

Se fueron al salón.

En el camino fueron perdiendo sus abrigos, sus jerseys o chaquetas, sus camisas o camisetas, sus zapatos o deportivas, sus pantalones.

En el sofá del salón perdieron los calzoncillos.

Se tocaban.

Se recorrían con la lengua.

Se besaban.

Se mordían.

Se penetraban.

Se besaban…

Se corrían.

Se besaban.

Se echaron la siesta.

Se despertaron a las mil. Y porque sonó uno de sus móviles. Era el de Joan.

Le dio un pálpito cuando vio el nombre de Fermín en la pantalla.

–                   ¿Sí?

–                   ¿Cómo que sí? ¿Ya has borrado mi teléfono?

–                   No, no… pero no he mirado la pantalla al contestar.

–                   Vale, vale, te creeré. ¿Nos vemos esta noche?

–                   No sé…

–                   Perdona que no contestara a tus llamadas, pero es que estuve fuera, y me pillaste en mal momento. Pensé que era mejor que cuando volviera te llamara…

–                   Bueno sí…

–                   Pásate por casa sobre las 9. Así cenamos y vemos una peli.

–                   Pero si son las 8 y media.

–                   Pues vamos… sal pitando para acá.

–                   Voy, voy…

–                   Hoy van a ser 4 polvos…

–                   No sé yo…

–                   Ya lo verás… te voy a poner a mil…

Joan colgó de repente. Notó a Jaime a su lado y tuvo la sensación de que se estaba enterando de la conversación. Le miró a los ojos…

Joan se levantó de un salto del sofá.

Jaime se le quedó mirando con cara de pena.

Se metió en la ducha rápida. 3 minutos.

Se vistió. 1 minuto.

Recogió sus cosas. 1 minuto.

Se despidió de Jaime. 30 segundos.

9,05 pm. Estaba en casa de Fermín.

Este le esperaba en la puerta, desnudo y empalmado.

9,07: Estaban follando. En la encimera de la cocina. Nada más entrar a la izquierda.

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Capítulo 1.

Capítulo 2.

Capítulo 3.

Capítulo 4.

Capítulo 5.

Capítulo 6.

Capítulo 7.

Historia completa.

Cositas de gays… sin orden ni concierto…

Hola, hola… ¿Durilla la cuesta de enero? ¿Eh?

Vale, vale, que a ti no te afecta… como ya sabéis que parece que los gays somos todos millonarios, con amor por los lujos, y encima que nos los podemos permitir…

Es curioso, porque, estos días estamos viendo en alguna televisión esos dos chicos de un país de África, que ahora mismo no recuerdo, y que los pobres hicieron una especie de simulacro de boda entre ellos, y que han acabado en la cárcel, que es lo mínimo que les pasa a los gays en África, salvo, si no me equivoco en Sudáfrica. En Uganda, tras una visita a USA de unos parlamentarios, y unas charlas de unos de estos religiosos tan abiertos y comprensivos con los que no son iguales a la mayoría, con los que no llevan el uniforme indicado,  volvieron a su país con ganas de erradicar ese cisma, y castigar con la pena de muerte a los gays reincidentes.  Tenemos el caso de los gays en Irán, esos chicos que no sé si habrán ejecutado o no… pero si no son ellos, serán otros, como aquellos chicos de hace unos años… El caso es que ser gay en esos países, es rastrero, es lo más bajo… es… es para un chico de clase baja, olvidarse de sus sueños de abrazarse a otro hombre, o morir seguro. Me imagino que los que tengan dinero, podrán buscar subterfugios, comprar voluntades, y al menos vivirlo en la oscuridad de su casa… aunque siempre pendiente de que nadie te traicione…

Y en España, en los países ricos, parece que somos los gays, los más ricos de entre los ricos. Y claro, como además para algunos, constituimos el lobby más poderoso… sisisisisisi…

Ya os habréis enterado que abre una revista para gays: ¡Oh my God! Sí, sí, no me he equivocado. Es ¡Oh my God! Y no ¡Dios míiiiiiiiiiiiiiio!. Pero no, no es una revista para practicar inglés como Speak Up. No. Pero como semos la leche los gays, los más cultos, los más fashion, Sabemos la leche de idiomas… la titulamos en inglissssssssssssss.

Vale. Estoy siendo injusto porque es una cabecera internacional que se publica  en otros países. Huy, pero ahora que recuerdo, HOLA se publica en inglaterra… ¡Pero se llama HELLO! ¡HUMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM!

Declaración de intenciones: Es que los gays somos gente divertida, que sí, sufrimos, pero que nos gusta la moda, los viajes, los cuerpos, el “lujo”… bueno, lo de los cuerpos no sé si lo dijo el jefe de la revista, Martín Maza… pero si no lo podría haber dicho… y que conste que a mí no me gustan los cuerpos de hombre… nonononono, y son falsos los rumores que me atribuyen, en mis archivos secretos, decenas de miles de fotos de chicos solos o acompañados… nonononono…

Ojala tenga suerte esa revista. Dice que no se va a ocupar de sacar a nadie del armario, lo que me parece estupendo. El que quiera salir que salga. Y si quiere hacerlo a lo grande que pague una página de publicidad, que ya se sabe que los gays somos ricos…

Y no, antes de que salga alguien con el rumor, es falso, absolutamente falso que yo, me haya dado al rimel, ni nada parecido. No, no perfilo mis cejas. Y no, no uso rayos uva. Son solo rumores malintencionados. Vaya, claro, como soy gay, y los gays ya se sabe que son metrosexuales de esos… vale, sí, uso alguna crema hidratante para después de afeitar… pero nada más.

Y no, después de la negativa de ese chico que os conté en el post anterior, no me he dedicado a ir por las calles de Burgos, buscando un chico cada noche. Ni en mis viajes a Madrid he paseado con un hombro al aire por Libertad arriba, Libertad abajo.  Ni siquiera he abierto un perfil en ninguna página de ejem… perfiles, para  buscar amistad y lo que surja. Ni la abriré.

No.

Vale, ya se supone que es lo que haría un buen gay…

Ahora que pienso, quiero hacer un llamamiento al lobby gay, y a todos estos gays multimillonarios y estupendos de la muerte. Un par de amigos, me han hablado de la posibilidad de abrir una editorial. Vale, vale, una nueva. Y me gustaría también combinarlo con un local estupendo, multidisciplinar, modulable, con unas tartas estupendas, y con unas cosas de picar soberbias. ¿Alguno que le sobre 500.000 €? esto para el lobby gay debe ser pecata minuta.

Así que soy consciente de que la pregunta del principio del post, es equivocada completamente. Los gays no tenemos crisis, ni cuesta de enero. Así que mi audiencia, mis seguidores mayoritariamente gays, no tienen esos problemas. ¿La cuesta de enero? Eso es lo que suben los ciclistas en el tour de Francia ¿no? Huy, perdón… “Le tour de France”. Que soy gay… y el francés se me da… ¡¡Ja!! cómo se me da.

Así que, saliendo de las Navidades, que has visto lo bien que se lo pasan todos, por la gracia de Dios. Y tú, que has querido seguir ese espíritu, porque te mola, que narices… y no tienes las compañías necesarias, ni los arrestos precisos, ni las circunstancias, acabas deprimido por la impotencia. Y luego, resulta que eres gay, y tu quieres ser guapo, y estupendo, y saber de moda, y sobre todo, ir a la moda, con un bolso de Vuiton, e ir a comer a la terraza del Óscar, en la Plaza Vázquez de Mella, al lado de Amenábar y su cla, para claquear también tú… y quieres hacer viajes estupendos por Laponia, o alojarte en  esos hoteles estupendos de a 459 € la noche… y tener a 3746 chicos al pie de tu cama, uno para cada hora, y… y… y ¡coño! Te miras en el espejo y no ves nada de eso, y encima no eres culto de la muerte, porque los gays somos cultos, ya se sabe… y listísimos… y me miro en el espejo y no veo más que a un idiota… porque si no fuera idiota no estaría como estoy… y… ¡¡pollas!!! (iba a repetir coño, pero me he dado cuenta que siendo gay es más apropiado ¡pollas!)…

¿Quién no se deprime así?

¡¡Dios!! ¿Por qué me has abandonado? ¿Eh? Si soy muy bueno… un santo…

No he recibido ninguna proposición de amorparatodalavida. Así que desde luego, no contribuís a que mejore de la depresión…

Y ahora en serio, espero que ¡Oh my God! sea una gran revista, y dure muchos años. Que estas cosas, en el fondo, vienen muy bien. Porque entre calzoncillos y cremas depilatorias, seguro que hay artículos en los que muchos gays puedan sentirse mejor… porque no todos lo pasan bien siendo “distintos”, ni se sienten divinos de la muerte consigo mismos. Y cualquier medio que sea destinado a nosotros, puede contribuir a sentirnos acompañados en nuestra soledad interior…

Venga, va, ya he despotricado… en el mes de enero toca daros besos… muchos besos. En febrero ya veremos…

PD. Y recuerdo a los amables lectores que, si no encuentran en esa revista lo que buscan, las risas que necesitan, los relatos que precisan, que quieren leer, no encuentran el medio para quitarse esa losa de encima que les causa ser distintos, sentirse bichos raros, siempre les queda leer mis blogs, o incluso escribir ellos un blog.

Sip.

Pero si abres un blog, no te olvides de seguir leyendo el mío… que es guay… sip.

Te lo dice Tatojimmy… jijijijijiji.

Sábado perdido… por vuestra culpa… sisisisisisi.

Iba a escribir. Ayer sábado.
Iba a comprar un poco de ropita en las rebajas. A solucionar unos temas en mi tienda de informática. Iba…
Y voy a cuatro blogs, y me lío a leer…
Y nada.
Que no voy a hacer nada.
Y vosotros tenéis la culpa, hombre. Por liarme a leer… y a comentar… Bo Tare, Chevy, Reikjavik, el Thiago éste, AlexLesoj… lo que me hace sentir Lesoj en su vuelta… me tiene encogido el corazón… Y Bruto, Sweet, Jordim y Peace for ever, que leí y no escribí.
Y esto no puede ser.
Voy a clausurar este blog, y todos los blogs… porque así no escribo. me despistáis… me metéis en vuestras camas, digo en vuestras historias, y la jodimos.
No.
Os voy a poner firmes yo hombre… a cerrar todos los blogs… hombre ya.