Sigo con el debate: cosas de willy inkrose.

 Oye, pues ha estado bien el debate este. Y espero que no acabe aquí ¿eh? Qué además, como estamos cerca del Orgullo y eso, pues hay que darle a la hebra. Todo se lo debemos a willy inrose. Anda que no han salido temas. Me parece que no voy a abarcar todos. Y aún así, va a quedar un poco largo.

Confieso que es la segunda vez que escribo este post. La primera me ha quedado como un poco brusco, rígido. No me ha gustado. No me gusta cuando se habla sentando cátedra, sobre todo cuando se opina. Verdades absolutas hay pocas, creo. Así que he intentado volver a mi tono mesurado, de charla tranquila con una coca-cola en la mano. Así, todos nosotros, charlando. Cada uno con sus cosas, con sus opiniones… distintas, ¡Qué bonito!.

Lo que queda claro es que somos todos un poco complicados. Y en general, hacemos las cosas difíciles. Gays, heteros, negros, asiáticos, mujeres, hombres, trangéneros… qué bonito sería vivir todos en armonía, escuchando, hablando, cada uno exponiendo su forma de ver la vida, respetando a la de los demás. Pero no, no lo hacemos así. Escuchamos, sí, poco, pero solo a los que piensan y son como nosotros. Nos juntamos con nuestros iguales. Esto tiene un problema y es que luego, pensamos que todo el mundo piensa igual que nosotros, porque solo escuchamos las voces de nuestros acólitos. Por eso, los que no conocen un gay, piensan que son unos bichos raros, con el miembro viril largo, como un tentáculo de un pulpo que traspasa paredes y pantalones para introducirse en el culo de todos los hombres que pasen a diez metros de distancia. Y eso, claro, da miedo. ¡huuuuuuuuuuuuhhhhhh! Todo es cuestión de educación.

Pero ¿quién educa? ¿Los padres? ¿Y si los padres son homófobos, xenófobos, machistas? ¿Si son intolerantes? Bueno, podemos decir ¿la escuela? La escuela podría dar otro punto de vista. ¿La escuela es mejor? ¿Pueden dedicarse los profesores a eso? ¿Quieren hacerlo? ¿Y si los profesores son intolerantes, xenófobos, homófobos y machistas? Al fin y al cabo, como decíamos antes, nos juntamos con nuestros iguales, así que los padres llevarán a sus hijos al colegio en dónde se siga su ideario a pies juntillas.

Reitero mi recomendación de leer “La Edad de la Ira” de Fernando J. López.

En general no intentamos hacer nunca una abstracción de las situaciones que nos pasan. Alguien por ejemplo, no está de acuerdo con la opinión de otra persona. Voy a poner un ejemplo así, intrascendente. Vale, he cometido el primer error, porque para un fan de One Direction, su grupo no es intrascendente. Es casi lo más importante del mundo. Suele venir a la oficina una chica, la hija de uno de mis jefes, para que le haga carteles de One Direction, le imprima fotos… me suele poner al día de sus hazañas, sus canciones y sus conciertos. Todo ello intercalado entre suspiros de gozo por los huesitos de esos chicos. Es algo importante para ella. Se le ilumina la cara cuando habla de Harry o de Zayn, o de Liam.

Pensemos por ejemplo en un grupo del Face de fans de One Direction. Todos comparten sus hazañas, sus conciertos, fotos, suspiros de amor y deseo por sus cuerpos y sus almas, comentarios de “qué guapos son” “son los mejores del mundo”, bla, bla, bla. Los miembros de ese grupo están convencidos de ello: “Es el mejor grupo del mundo”.

Imaginemos a Teresa. Tiene un amigo, Juan. Juan como es amigo de Teresa, entra en ese grupo de Facebook. Pero Juan es fan de Justin Bieber. Y entonces, iluso él, comienza a colgar en el muro de ese grupo pues alabanzas de Justin. Todos en ese grupo, empezarán a lanzarle improperios. “¡Pero qué dices!” “No te has enterado que el mundo piensa que One Direction son los mejores sin discusión”. Él se enfada, empieza a ser más radical en sus opiniones, porque le dan por todos los lados. A él le gusta Justin Bieber. ¿qué pasa? ¿No tiene derecho a que le guste la música que hace Justin Bieber? “Pero de donde has salido, tal y cual, eres un tal y un cual, ¡majadero!” “¡Raro, depravado!”

Teresa le borra de su Facebook, no quiere que le relacionen con ese chico, por Dios, que es un tío raro que le gusta Justin, (“¡Qué decepción, no pensaba eso de él, no te puedes fiar de nadie!” – dice a sus íntimos) en lugar de besar el piso por dónde pasa alguno de los One Direction.

Juan se envalentona, y empieza a desvariar en los foros que encuentra por el camino contra los One Direction y sus fans. Le duele además que Teresa le haya abandonado. Le gustaba Teresa, aunque no se había atrevido a decirle nada. Pobre Juan. Pero su discurso lleno de rencor y regado por las lágrimas que le han producido las palabras hirientes de otros, le hacen expresar con la misma radicalidad sus opiniones, molestando a otros a los que no gusta Justin, sino Lady Gaga.

Bueno. Cambiad One Direction por cualquier opinión, Real Madrid, Monarquía, partido de derechas, Tele 5, El País, y por contra, poned en el otro lado al Barcelona, a la República, a la izquierda, al diario “La Razón”, etc.

Poned heteros y gays.

Alguien del grupo de fans pudo decir algo así como: Ese Juan está pallá, si todo el mundo piensa que One Direction es el mejor grupo del mundo. ¿No se dará cuenta que es antinatural?

Pero esa misma persona, se quejará cuando escuche a alguien decir: “Un gay, que asco. Un pervertido. Si todo el mundo sabe que lo normal es ser heterosexual. Es antinatural”.

No hemos aprendido a escuchar, a tener contacto con otras opiniones, otras sensibilidades. A respetarlas, aunque sean minoritarias. Somos gays, somos minoritarios. Pero no respetamos a otras opiniones que pueden ser igual de minoritarias, o que lo son desde nuestra perspectiva.

Hablemos de los roles. Estamos encorsetados por los papeles que nos adjudican. Los gays somos de una forma, las lesbianas de otra, los hombres heteros de otra distinta… las mujeres son como son… Cuando alguna vez sale alguna encuesta hecha a hombres jóvenes y expresan su opinión sobre las mujeres, es sonrojante todavía la alta proporción que hay de chicos que piensan que las mujeres existen para satisfacer a los hombres. Y es sonrojante precisamente porque hay que pensar que muchos de los que dijeron que las mujeres era iguales a los hombres, en realidad estaban con la otra opinión, por lo de políticamente correcto, y no se atrevieron a decirlo.

Por eso, eso de que se acepta a los gays, vamos a dejarlo. ¿Qué estamos mucho mejor que antes? Sí, desde luego. Pero ojalá no ocurra nunca, si por un casual esos partidos de extrema derecha que afloran por Europa, ganan un día las elecciones, creo que podemos echarnos a temblar de la rapidez con que esa aprobación se convierte en denostación al estilo Rusia. Me imagino escenas como las de V de vendetta, la gente en sus casas avasallados por la policía, sin dar crédito a lo que ven: detenidos por ser gays, por ser distintos, por opinar distinto. Imágenes de la Alemania nazi, cuando mucha gente no se creía la deriva que tomaba el gobierno de Hitler y pensaba que todo eso pasaría. Cuando se dieron cuenta, estaban en un campo de concentración.

La televisión ayuda. Las series, ayudan, sí. Los personajes gays. Esos que se ganan el corazón de la gente. Ya hemos discutido muchas veces de ello, y willy inkrose lo saca a colación. Pero, en realidad, la mayoría, son un poco maquillaje. Algunos están para eso, para ir abriendo caminos. Pero muchos otros, están para satisfacer cuotas. Yo lo creo. Es que creo que tenemos un concepto de las series de televisión, un poco anticuados. Muchas series de televisión se planifican cuidadosamente. Tantos personajes hombres, tantos mujeres, tantos negros, tantos gays, los niños, los cachas, las buenorras, la abuela. Y es cierto que si aparece una trama gay en una serie, esa trama atrae a algunos espectadores gays. Por eso, por ejemplo, “Amar es para siempre” o su antecesora “Amar en tiempos revueltos”, suelen tener siempre algún personaje gay de vez en cuando.

Willy nos cuenta que ha cambiado la trama de su novela para enseñársela a su profesora. Es fácil decir: “Yo no lo hubiera cambiado”. Para mí sería muy fácil decirlo. Llevo muchos años en esto de los blogs, y he visto muchos comentarios así, cuando un gay expresaba sus miedos a contar lo que es, y la gente le animaba a quitarse la camiseta y tatuarse en el pecho “soy gay”. Pero… ¿sabemos las circunstancias de ese chico? ¿No le estaremos empujando a un abismo?

Tenía antes un lector que me escribía de vez en cuando por mail. Era un chico que amaba el cine y la literatura. Lleno de miedos. Yo me encendía a veces cuando me contaba cosas que decían sus profesores o sus allegados. Intenté animarlo pero fracasé. No era yo la persona de la que él esperaba ayuda, y yo tampoco supe hacerlo. Fue un fracaso. Su entorno podía más. Y quizás no supe mantener mi tono mesurado que exhibo normalmente. Lo asusté, porque entendió que debía enfrentarse a todo su mundo. Y no estaba preparado. Un día me dio con la puerta en las narices, e intuí que se había decidido por olvidarse de cómo es y dejarse llevar. Quizás ahora esté intentando enamorarse de una chica de su barrio. No supe calibrar sus dificultades ni el peso de su entorno. Esta experiencia me reafirmó en que no es conveniente decir a nadie lo que tiene que hacer con sus expresiones, sus armarios, o las obras que escribe, sin conocer todas sus circunstancias. Y más cuando hay escritores reconocidos que han cambiado el sexo de sus protagonistas, para que desapareciera cualquier atisbo de mariconeo en sus obras. ¿De verdad pensamos, por ejemplo, que alguien que aspira a vivir de escribir, lo puede hacer hoy escribiendo sobre gays? No me valen secundarios. Protagonistas. Por ejemplo, una novela policíaca. El protagonista gay. Y es un ligón. Y se tira a los que se encuentra por el camino. Con besos y escenas de cama, aunque sean solo marcadas, sin desarrollar. ¿Saldría en el top-ten de ventas?

Pero Willy, me gustaría que esa primera versión de tu novela, no la destruyeras. Que seguro que algunos la leerán con gusto.

Volvamos a los roles.

Un gay es un tío bueno. Bueno de macizo. Me hacía gracia el otro día, porque alguien llegó a este blog, buscando en google “¿Los gays pueden ser feos?”. Es un tío cachas, que le va el gimnasio. En general tiene pluma. Si tu ves a alguien con pluma, dices: “¡Maricón!” Yo tengo a algún amigo que es “suave de formas” y no tiene ni un ápice de gay. Pero a su paso, deja esa duda.

Si ves a un chico llorar, inmediatamente piensas: “¡Maricón!”.

Los gays somos la leche también. Algunos se piensan que, al igual que no hay gays feos, todos los gays son buenas personas. Mentira. Que los gays, como somos discriminados, no discriminamos: ¡Mentira! Unos, discriminan a los gays con pluma, porque no les gusta la pluma. Otros, en cambio, discriminan a los que no tienen pluma, porque piensan que son unos reprimidos. Y a un hombre hetero que sea sensible, porque piensan que es un “armarizado”. Si te gusta la película de los vaqueros… ¡hummmmm! “Que me da que te van los miembros viriles, aunque lo escondas”.

Me viene a la cabeza eso que apuntaba Dídac, de la cantidad de machos en el instituto, que luego se dedican a buscar en chats a hombres para partir piñas. Es recurrente, porque es que la defensa mejor para alguien que quiere ocultar su homosexualidad, es machacar a los homosexuales. El otro día escuché la opinión de un oyente de una radio, decir que al fin y al cabo, la persecución de los gays desde la Iglesia católica, la habían hecho los mismos gays, porque con mucha probabilidad, (sobre todo con os datos que sabemos ahora), los que la impulsaron, lo eran. O esos senadores de USA que después de denostar a los gays, resulta que los pillaron saliendo de clubs nocturnos gays.

El caso es que todos al final, discriminamos a quien no se comporta como nosotros pensamos que se deben comportar.

Paro.

Willy inkrose, mira la que has armado. Y puedes armarla cuando quieras. ¿eh?

Y vosotros también. Israel, Dídac, Lorién, Virginia, Sonia, Josep, Pucho.

El mundo ¿se va al carajo?

¿Merece la pena luchar?
¿Qué es el futuro? ¿Existe?
El otro día veía correr a los bisontes en el parque Yellowstone, huyendo de algo que ellos solo saben lo que es. Ya se conoce que los animales son sensibles a las catástrofes. Salen corriendo mucho tiempo antes de que lleguen las enormes olas de un txumani, corren antes de que erupcione un volcán… se resguardan antes de una tormenta…
Estos bisontes corrían en fila india y por el carril derecho de una carretera. Cumpliendo las normas de circulación. Viendo el programa de Iker Jiménez, me quedé tranquilo porque contaban que en el parque del Oso Yogui, en el subsuelo, había como una enorme cámara llena de magma que cualquier día explotará, pudiéndonos mandar a todos a freír espárragos. La última explosión de esa bomba natural mandó algunas rocas a Europa. “Que las hemos visto y catalogado”, dijo uno de sus colaboradores. Esto me dejó mucho más tranquilo. A esa tranquilidad sin duda contribuyó de forma decisiva el comentario de uno de estos colaboradores sobre que en Indonesia había explotado una cosa así también y había supuesto la casi extinción del ser humano. “Quedaron cuatro, pero tranquilos que fueron capaces de repoblar el planeta”. Estupendo.
Bueno. Ya me imagino protagonizando una de esas películas de tragedias. Solo, perdido en una carretera abandonada, con la mirada igual de perdida en un horizonte inalcanzable.
Por otro lado, los científicos nos recuerdan que eso del calentamiento, nos va a joder bien, con una cierta rapidez, porque como que… que no, que seguimos mandando mierda a la atmósfera y que esto no hay quien lo pare. El deshielo de los polos, la subida de las aguas de los mares… los desastres naturales, inundaciones, terremotos, sequías, volcanes en erupción…
Menos mal que el petróleo se acabará en unas decenas de años. ¿Qué guerras provocará el cambio de sistema? Los rusos parece que se están entrenando… los sirios siguen a la greña con una saña espectacular, África en general se muere de hambre, y los que no mueren, se matan entre sí.
Tenemos también a valorar el tema de la luna sangrante. Una alineación de la luna el sol y la tierra que sucede de vez en cuando, y casualmente… ¡joder!, que pasan cosas raras cuando sucede. Y nos tocan tres o cuatro en un año.
Ya estoy que no quepo en mi cuerpo.
¿Para qué, entonces molestarse en nada? Si al menos un Príncipe azul llamara a mi puerta… sí, cojones, digo yo que la caída a los infiernos será más agradable con uno que te mire con amor y devoción… morir o deambular por el desierto al menos con un Príncipe y rodeados de azúcar. Salvo si eres diabético.
Aunque luego, claro… cada vez somos más raros, más competitivos, más… “desagradables”. Que aparezca el Príncipe azul y que resulte desagradable. Que sea un criminal, un tramposo, un pisa-cabezas con sonrisa ensayada en el espejo por las mañanas. Creíamos que los españoles éramos los reyes de la picaresca, y que encima, les miramos con admiración. Qué sí, que lo hacemos. Pero no, no solo en España se premia a los tramposos. En el mundo anglosajón están muy preocupados por los que copian en las universidades. Es una moda. Lo decía el otro día un documental de La 2. Casi un 50%, llegaron a decir, copiaban o pagaban para que les hicieran los trabajos. ¡Hasta en Harvard! Hasta los policías de una ciudad de Estados Unidos, copiaron el examen de promoción interna… ¿Cómo te quedas? Es el fin definitivo de los valores. Ya no solo los políticos españoles hacen trampas y se lo llevan crudo. Y nos creíamos especiales… ¡Ja! Los hay en Inglaterra, en Alemania los ministros falsean el currículum, y quién sabe si el presidente de la Reserva Federal en USA, copió los exámenes en la Universidad. O el médico que te atiende en Urgencias o en Anatomía de Grey. Imagínate que hasta House podría haber copiado el examen. La degradación de la sociedad, de los valores… no se tiene en cuenta el tipo de persona que seas, sino lo que ganas y lo que has estudiado y las notas. Una estudio el otro día, lo escuché por ahí, decía que las mujeres nunca se enamorarían de un hombre en paro. ¡Toma ya! Eso es el triunfo definitivo del amor.
Aviso a mi Príncipe, que no tengo un duro. El estudio no decía nada de los gays. Un rayo de esperanza.
Por no hablar de esas bacterias y virus que son inmunes a los antibióticos. ¿Qué hacemos? Si encima la medicina, las medicinas, están en manos de empresas sin muchos escrúpulos dirigidas por personas sin ningún escrúpulo, que seguro copiaron en los exámenes y que miran la cuenta de resultados para decidir qué curan y a qué precio. Con lo que ganan con el SIDA, o con el cáncer… ¿se curarán alguna vez de verdad esas enfermedades? O todas las medicinas paliativas del Parkinson, o del Alzheimer, o de la depresión…
Así que, estoy un poco desanimado. Veo el fin del mundo muy cerca. Y mira, no me atrae nada eso de protagonizar una de esas películas de tragedias y en las que los supervivientes se arrastran por una carretera vacía… y mejor que esté vacía que si te encuentras con alguien, seguro que te quiere comer el hígado o sacar los ojos por conseguir el cortauñas que llevas colgado del cuello, como un tesoro. Este concepto ya lo había expresado más arriba. Sí. Quiero que quede claro. No tengo ganas de arrastrarme por una carretera vacía perseguido por un atajo de desarrapados que quieren comerme asado a fuego lento. Vale, ya es la tercera vez.
Pero es que no quiero… vale, me callo.
Hermanos, cojámonos de la mano y recemos a Yahvé, para que no nos envía otro diluvio universal, aunque en este caso puede que en lugar de agua, caigan piedras del cielo, las piedras del Oso Yogui.
Y sin Príncipe azul… en fin.
¡Oh! Yahvé, ten piedad de nosotros…
Habrá que ir a ver Noé, la película, para coger ideas para poder salvarnos… lo que pasa es que dicen que es malísima.

Y ayer, fui a comprar naranjas para zumo, y había un tío poniendo carteles para vender un libro que dice que «El fino del mundo está cerca» «Arrepentiros de vuestros pecados». La frutera comentaba: «empecé a leer el libro, pero lo tuve que dejar: ¡Qué depresión!». Y encima las naranjas apenas tenían zumo…
No, repito, reitero, que no tengo ganas de ser Vigo Mortesen en “La Carretera”. O Mel Gibson en Mad Max. Vale, lo he vuelto a repetir. Soy cansino, sí.
Y yo que creía que después de superar el problema del calendario maya ya estaría tranquilo para el resto de mi vida respecto al fin del mundo. Los jodidos de los bisontes tienen la culpa de todo.
O tú. A lo mejor la culpa la tienes tú…

Seguimos con verdades o mentiras.

 

La ficción es buena para contar casi todo y hacerla llegar de una forma más directa. Yo escribo ficción. Casi todo mi blog es ficción. Ni siquiera los personajes que llamo como yo, son reales, aunque alguno tienda a pensar que si un personaje en mi blog se llama Jaime, estoy contando mi vida. O si escribo en primera persona. Como piensan que, si llamo a un personaje Saúl, estoy hablando de Saúl. O Borja. O Aarón. O si lo llamo Ricardo, piensan que si tengo un amigo que se llame así, estoy contando su vida. Adri no es real, o sí, porque habrá Adris en la vida, pero no viene a celebrar mi cumpleaños conmigo a casa. En ese sentido no es real. Pero dice cosas y da voz a otras personas que sí lo son. Y se expresa de otra forma.

Y si llamo a un personaje Sonia, no estoy hablando de mi Sonia.

El otro día Luis hizo un comentario en un post antiguo sobre Areko Martiánez. Areko dibujaba, me imagino que lo seguirá haciendo aunque no lo comparta con la gente. Sus dibujos estaban tomados muchas veces de fotografías provenientes de estudios de porno. Incluso hizo alguna versión de un par de fotos de Biron, y el mismo Biron le agradeció su versión.

Luego él se inventaba una historia que en general, protagonizaba. Yo creo que todos sabíamos eso. Yo incluso alguna vez he publicado las fotos originales y sus versiones. Luis está muy enfadado… dice incluso que son Photosop. Eso no lo creo, porque a veces sus versiones no son exactas al original. Yo he intentado alguna vez hacer alguna versión de las fotos que tengo, y no me ha dado el resultado que yo buscaba, ni parecido al de Areko.

Hay dibujantes que lo hacen al natural, los hay que tienen en fotografías su modelo, e incluso existe la técnica de la calca, con papel cebolla. Bocetan sobre el original y luego perfilan y dan volumen y vida. Por cierto, quién diga que eso de la calca es muy fácil, le invito a que coja cualquier foto y la calque con un lápiz. E intente dar vida a ese dibujo.

Un tío mío, pintaba con paleta, y pintaba teniendo como modelo fotografías. Se recorría Euskadi, la tierra de mi tía, o la suya, Castilla la Mancha, sacaba fotos y luego pintaba esos paisajes que antes había fotografiado.

Así que lo hiciera como lo hiciera, creo que algún mérito tendrá.

Areko y sus dibujines no nos ha costado llorar por él como una desgracia, ni preocuparnos porque no puede casarse, o porque haya muerto su amigo del alma, o porque intenten asesinarlo unos traficantes de droga, como otras historias en las que nos hemos implicado.

Pero… claro, no siempre leemos todo con atención. Ni las etiquetas de los post, ni sus categorías, ni leemos todo, todo. Y cuando lo leemos, aún así nos la meten. Porque a veces vamos con una idea, y no nos desviamos de ella. O porque necesitamos que eso sea así, y no como es en realidad. O porque sencillamente, nos la meten.

En el caso de Areko, evidentemente si no conoces la historia de las fotos o su procedencia y te crees que son los chicos con los que Areko y su pareja se lían en su casa, si un día te encuentras con esas fotos en otros blogs con el anagrama del estudio de procedencia, evidentemente, puedes llevarte una gran decepción. Pero a lo mejor, en ese caso, lo importante era el personaje creado, y no exactamente la persona que lo escribe. Y para mi gusto, los dibujos que hacía, utilizara la técnica que utilizara, tenían encanto.

Cuidado, que puede que sus historias fueran reales, solo que no las protagonizaran los chicos de sus dibujos. Pero, eso, creo que no era lo importante. Yo a veces ilustro mis relatos con fotografías de modelos que no tienen nada que ver con la historia. O incluso muchas veces, veo una foto y me imagino una historia alrededor de ella.

En fin. ¿Verdad o mentira?

Quizás la finalidad sea lo que cuenta. O los modos. Areko no pedía que te implicaras con él, pedía que miraras sus dibujos y disfrutaras con sus historias. Este grupo de “Audiovisuales”, pedían que te implicaras, que estuvieras a las 6 de la tarde para ver la boda del supuesto padre con el supuesto novio, supuestamente mucho más joven. Pedía tu implicación emocional, aprovechando que hay casos así, y casos mucho más sangrantes en este mundo de Dios, que aunque camina, no lo hace al ritmo que todos desearíamos. Para muchos hombres y mujeres que se sientan gays, será tarde, salvo que el azar les sitúe en la misma dimensión espacio-tiempo con alguien o con algo especial que le empuje a tomar otros caminos y ver el futuro con esperanza. Y no solo me refiero a gente con una cierta edad, sino también a personas, hombres y mujeres, jóvenes. Yo conozco casos de chicos jóvenes, en España,  que no tienen las fuerzas necesarias para enfrentarse a su mundo y ser como son.

Yo pretendo que leas mis historias, que te emociones con los personajes, y a lo mejor que pienses sobre ellos. Puede ser que te sientas identificado y eso te haga sentir un poco mejor. Si un día acierto y sucede eso, ¡Albricias!

Y si te compras mi libro, mucho mejor. Esto último es broma. ¿O no?

Hagamos preguntas:

¿Cuánto de verdad ponemos en nuestras amistades virtuales?

¿Cuánto de verdad contamos a nuestros amigos?

¿Hay alguien que no se ha dado cuenta que un amigo virtual es totalmente ficticio?

¿Hay alguien que no se haya dado cuenta que un amigo real es más falso que las pesetas falsas? ¿Que nos la ha metido doblada teniéndonos horas y horas hablando sobre una situación que es totalmente adulterada?

Si tu respuesta es que no… a lo mejor es que todavía no lo has descubierto… siento ser tan pesimista al respecto.

¿Verdad o mentira?

Os invitaré a mi boda con Adri. La emitiré en streaming. Espero asistáis. Incluso os mandaré un trozo de tarta by streaming. El regalo, os rogaría, me lo enviarais por correo ordinario, o en su defecto, por transferencia bancaria.

Muchas gracias por anticipado.

¡Vivan los novios!

Más sobre los raros y los cómics.

Ambientemos el tema con música de superhéroe.

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Ahora ya, con banda sonora, al tema.

Si es que os pongo hasta música… soy la leche.

Es que el tema de los raros, los cómics y esas cosas, da para mucho. Porque en realidad, los protagonistas de muchos de los cómics, no dejan de ser raros. Cada uno en su época, claro. Y sin levantar mucha polvareda, la justa para ser interesantes, hacer un poco de reivindicación, pero sin que se resistan las ventas, sin levantar las iras incontenidas de algún grupo social que siempre está atenta a que algunos sigan siendo unos parias a los cuales se les pueda pisar el gaznate y así ellos sentirse como más… guays.

Es que hay algunos que necesitan dar patadas en el culo del prójimo para sentirse bien. Estar como levitando sobre el común de los mortales… vale, me lío. Para otro día.

Superman es un chico raro. Un empollón con gafas. Pero no deja de tener su atractivo. Hubiera sido la leche que hubiera sido gordo, por ejemplo.

Batman es un solitario, con mayordomo. Solo tiene un amigo: Robin. Podemos intuir una relación más allá de la amistad, pero todo queda en el imaginario. Los que lo quieran ver están contentos con el mensaje subliminal, y los que no, pues también lo están porque Batman es un buen hombre que recoge en su casa al pobre Robin, castigado por la vida, como él mismo. Además Batman es raro, porque es un hombre con posibles que se juega la vida por los que sufren. Un rico con conciencia, pero no esa conciencia de decir: dono 2.000,00 Euros a Cáritas para los que no tienen trabajo puedan tener una comida caliente, sino de los que salen a la calle y pisan los detritus de lo más bajo de la condición humana. Y se parte la cara con los malos «cara-cortadas» que solo quieren aprovecharse de la debilidad de algunos.

Spiderman es otro pobre chico, tímido, un poco raro para sus compañeros. Empollón. Los empollones son raros… es curioso que fueran así, cuando ya hace muchos años que nos han estado inculcando la educación de triunfar. Y para eso hay que ser un empollón. Ahora los empollones son también buenos deportistas, y tienen un cuerpo adecuado, así que son menos raros. Creo que a veces, lo del cuerpo bonito ayuda a ser menos raro. Y lo de las gafas, las aficiones adecuadas…

No hay un super-héroe gordo. Una pena porque muchos gordos lo hubieran agradecido cuando se ríen de ellos en el colegio.

Los X-Men son todos raros. Raros, raros. Con poderes. De esos que atemorizan a los normales. Eso anima a los raros de la calle, porque en realidad, los raros de la calle asustan al resto, por eso se les machaca. Mejor un buen ataque antes de que haya que defenderse.

Los X-men deberían ser todos gays. Vale, hay X-men que han salido del armario.

Por eso choca, cuando los cómics muchas veces se han adelantado a su tiempo, han defendido a esos pobres que no tenían otra defensa en su vida cotidiana, que no se adelantaran antes dándole protagonismo a los pobres maricas. Algún chaval lo hubieran agradecido.

Aunque en el fondo, los super-héroes de cómics, son todos un poco gays. Porque esas mallas, no me digáis. Y muchas veces los colores.

Pero si pensáis una cosa… si Superman hubiera sido gay, y vistiendo de esa forma… ¿qué se hubiera dicho? Hubiera sido el hazmerreir. “Mira que pinta la marica esa”. “Pero ¿Dónde pretenderá ir así?”. “Qué ridículo, deberían prohibirlo”.

¿O si Superman hubiera sido negro en los años 60?

Eso nos lleva a que miramos de distinta forma las cosas, dependiendo de quién lo diga o quién lo haga.

Ahora todo eso cambia. Algunos super-héroes han cambiado casi de raza, otros salen del armario, pero todo medido, como una prueba más de la importancia del márketing. He visto el tráiler de una película española que se estrena en septiembre, que me ha parecido muy interesante. No recuerdo el título… luego si eso. Pues resulta que son 6 historias de amor en Barcelona, y sí, hay una historia de gays. Es nuestra cuota. Pero está bien ¿eh? No es una crítica, porque además la película tiene buena pinta y la iré a ver, si es que llega a Burgos.

Vale, he buscado la película: «Barcelona, noche de verano». El 6 de septiembre se estrena.

“Esto no es una cita”, la iré a ver a Madrid. 20 de septiembre. Espero que vosotros también. Y luego si consiguen distribución, la volveré a ver en Burgos.

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No sé si escribir en mi Facebook un mensaje importante:

“Voy a echar la siesta”.

¿Qué pensáis? ¿Debo o no debo? ¿Les importará a mis amigos?

De momento enlazaré este post. En el Facebook, digo.

Soy raro, ya lo sé. Y lo malo es que cada vez lo soy más.

Y solitario.

Esto me lleva a… pero eso será otro día.

¿Os he dicho que me han publicado una novela? En ebook, sí. Es para que la compres y la leas. Pincha y entérate.

Los raros. ¿Una especie a extinguir o a reivindicarse?

El otro día hablaba yo de si los superhéroes fueran gays. Y el día 14 de agosto, lo hizo el diario “El país”.

http://cultura.elpais.com/cultura/2013/08/14/actualidad/1376504639_697440.html

Qué bonito es saber que alguien de “El País” me lee.

Espera que saco pecho y levanto el mentón para que me hagan un retrato para la sala de “importantes” de… mi casa.

Ejem.

Si Spiderman fuera gay, pues resulta que no se vendería, por ejemplo en Rusia. Es alucinante lo de Rusia, están casi al nivel de Uganda o de Irán. Les falta un pelo.

Pero hoy no quería hablar de gays en Rusia, ni de la importancia que da el COI a los gays y sus derechos a la hora de celebrar unos Juegos olímpicos. Creo que esas leyes va contra el espíritu de la carta olímpica, pero bueno, ya sabemos que lo que importa de verdad, es el dinero.

Hoy quiero hablar de los raros.

Hay dos tipos de raros: los raros guays y los raros “directos al paredón”. Hasta ahora, en las películas, en las series de televisión, los raros “era un poco raro” y tal, eran los asesinos, los violadores “Tenía una mirada rara”. Pero ahora, empiezan a proliferar los raros guays. Sí, los que busca la policía para descubrir antes a los asesinos y demás. Una visión diferente de las cosas. Es lo que aportan los raros.

Hay un escritor de novela policíaca infiltrado en la policía de Nueva York, un mentalista en la policía de California me parece que es, un nuevo Sherlock Holmes, con sus tics y todo, uno que sabe cuando mientes, aunque también con los tics que hace no sé como no se pone nervioso hasta el más inocente de los inocentes, uno que dispara flechas en pleno siglo XXI, y algunos más que ahora no recuerdo.

He visto algunas películas de chicos raros últimamente. Raros, raros. Estos eran más raros de paredón, pero bueno. En “Turistas” todos los que salen son raros, raros. Pero raros. Hasta el apuntador. ¡Joder! A lo mejor os hablo un día de esos.

Los malos de “Elysium”, son malos, malos, y raros, raros. Pero son de los de paredón.

Ahora que cada vez se lleva más lo de la uniformidad, la clasificación perfecta: Yo de derechas, tú de izquierdas, él es marica, nosotros somos guays y amigos de Face, y ellos quieren a su mamá por encima de todas las cosas, lo que parece que se impone, son los que se salen de la norma. El estilo diferente, la mentalidad abierta y que no sigue una moda establecida. El que viste de azul, ahora que se llevan los tonos de verde y malva. Al que le ponen los pantalones de peto, aunque al común de los mortales les parezca una horterada. Lo sexi que es un peto, pantalón, con pecho descubierto… bueno, bueno.

Me voy del tema.

Ahora espera a ver si me encuentro. Me he emocionado con lo del peto…

Pero eso no quiere decir que los petos, digo perdón, los raros sean aceptados con naturalidad en los tiempos modernos. No. qué va. Es al revés. Son raros, no encajan en ningún grupo, y por tanto, están destinados a la soledad. Los solitarios son raros en un mundo en el que todo es comunicación y cientos de amigos en el Face, o en tuiter, o en tuenti o en google +. hay que estar permanentemente conectado al wash – up. Lo que lleva a la paradoja que mientras estás con personas en carne y hueso, prestas más atención a los que no están y no dejan de mandar wash-up. Yo alguna vez con algún amigo, he tenido ganas de sacar un libro y ponerme a leer mientras él contesta al wash-up.

A mí cuando alguien me dice que siga su Face para enterarme de su vida, me entra la risa floja… si en el face se miente, se hace un papel, uno de tantos, que no nos vayamos a pensar, cada uno tiene muchos papeles, uno para cada grupo, para cada circunstancia.

Yo en el Face, lo único que pongo son los post de este blog. Lo que pasa es que soy raro, tengo una vida tan aburrida… podría decir: “Me voy a hacer una tortilla de patatassssssss para comer”. Pero eso no es… guay. Podría preguntar: ¿Dónde está mi Príncipe? Pero eso sería deprimente. Además como alguno se debe pensar que salgo con los modelos que publico en el blog, menuda decepción se llevarían.

Los raros son frikis. ¿O los frikis son raros?

Pero claro, para la literatura o la tele y tal, no vamos a hacer unos personajes normales, de los de “hechos en serie”. Entonces ya los policías normales aburren, hay que llevar a un escritor de novelas, divertido y ligón, claro, para que solucione el tema. O a uno que se dedicaba a engañar a la concurrencia sobre sus poderes para leer la mente y ver a muertos y esas cosas. Un tipo listo, atractivo, que es tan raro, que siempre va con chaleco.

Hay otra serie en la que hay un chico que dice leer la mente, pero en realidad lo que hace es fijarse mucho.

Todos estos personajes raros y protagonistas, son perfectamente heterosexuales. Estaría guay que uno de esos fuera raro y gay. La leche de raro.

Los gays hemos sido raros, y los somos para muchos, no nos engañemos. Y están luego, los raros entre los raros, los gays que no encajan entre los demás gays. Pero aunque seamos raros, todavía no lo somos tanto para darnos un papel protagonista en una serie destinada a un público mayoritario, un héroe, un poli súper-poli.

Esto ya lo conté el el post de los Súper-Héroes.

Voy a tener que escribirla yo, lo estoy viendo. La serie con protagonista gay guay, que es más listo que ninguno y que no sale a correr en chándal rosa por las mañanas.

Por cierto, ya sé que wash-up no se escribe wash-up.

Ejem.

Y ahora que daba por terminado el tema, pues… se me ocurre otro punto de vista, pero eso mejor ya para otro día.