Un chico que se llama Ryan, y un fotógrafo que se llama Adam Bouska.

Es majete Ryan… sip.
No me extraña que Adam Bouska le haya dedicado un ratillo para sacarle fotos.

Adam Bouska es estadounidense. Tiene su estudio en Hollywood. Es un fotógrafo de moda muy conocido y reconocido. Y también es un luchador en el reconocimiento de los derechos de los gays. Ha coseguido que muchos modelos, actores, diseñadores, participen en su campaña NO H8, contra aquella propuesta que se votó en California el año pasado, que tenía como finalidad menoscabar los derechos de los gays a la hora de casarse y formar una familia.
Y es un hombre joven, si no me equivoco nació en el 83.
Ya conocemos a otro fotógrafo. Aunque lo mejor sería que os fijárais en sus trabajos, porque presta una atención especial a los hombres. Vale, vale, ya sé que a ninguno de los que estáis por aquí, os gustan los hombres… ains.

«no es para n-a-d-a gay»

“Joan es solo un nino y no es para n-a-d-a gay..cuidado con los comentarios chicos, que son un poco agresivos..lo de diosito para llevar a la cama, y follarselo, y tal y pascual.. “

El otro día me dejaron este comentario en un post que había dedicado a Joan Pedrola, modelo español que me gusta un montón, y que está triunfando en el mundo. Un chico además de ser muy atractivo, da la impresión de ser buena gente, lo que le hace más atractivo todavía. El comentario fue en “Y… vuelven a volar mis dedos”.

Me hace reflexionar un poco el que todavía hoy, haya personas que necesiten recalcar, cuando un grupo de hombres alaban la belleza de otro, y, por qué no, sueñen con una noche de pasión y sexo con él, que haya la necesidad de recalcar que “no es para nada gay”. No sé si este chico es gay o no, pero eso ni se ha dicho nunca aquí, y ciertamente pues… es que hasta cierto punto da igual, porque no me voy a encontrar con él nunca, y si nos encontramos, sea o no sea, las probabilidades de que tengamos un affaire, es prácticamente igual a – 20. Pero no, hay que reafirmar que “no es para nada gay”. ¿Será porque el que ha escrito ese comentario piensa que ser gay denigra de alguna forma la fama y el prestigio de ese modelo?

Me hace gracia también eso de comentarios un poco agresivos. Pasemos por encima de que casi todo lo que se escribe en este blog, está escrito en un plan jocoso. Y la mayoría de los comentarios son en ese mismo tono. Y Luckitas, es Luckitas. Claro para detectarlo, hay que leer, no mirar las letras. Pero eso no es lo que importa. Parece que es agresivo decir que un hombre se follaría a este chico. Bueno, yo lo tomaría con otro sentido, porque eso quiere decir que resulta atractivo, y un modelo es lo que vende, atractivo. Y si un modelo no resulta atractivo al público al que va dirigido su trabajo, pues… no tendrá trabajo. Y su carrera se habrá acabado. Y es una pena, pero parte del público objetivo de su trabajo, no son las mujeres, son los hombres. Y… también, claro está, los hombres gays.

No quiere decir eso que alguien vaya a esperarlo a su casa y le ponga contra la pared del portal, y le abra en canal ahí mismo. Por que no, aunque parezca mentira, los gays no vamos persiguiendo agujeros de heterosexuales para hacerles probar las delicias del otro lado del charco. Ni siquiera vamos violando a otros gays.

¿Y si el comentario lo hubiéramos dicho de una top model femenina? ¿Si en lugar de un post de Joan Pedrola, hubiera sido un post de Lara Stone? Ese comentario de “llevar a la cama y follárselA, hubiera llamado la atención de mi comentarista? No hombre… si eso es de machos… ¿No? Anda que no debemos caminar y caminar todavía.

Ya se lo comentaré a Joan, cuando me escriba para quedar. Sisisisisisisisi. Y nos reiremos cantidubi.  Léase esto como está escrito, como un chiste o gracieta. Ojalá un día escriba o llame… pero vamos.

Y lo de que es un niño… pues eso sí que ya no sé como tomarlo. Porque si no me equivoco, al menos tiene 20 años. ¿O es que a lo mejor yo no soy tan niño, y eso es lo que ofende? Va, no… no creo… no puede ser eso… si estamos en el siglo XXI. Y encima estamos en ese siglo desde hace 10 años… venga… que no Jaime…

Por cierto, quien piense que en el mundo de la moda, en el que se supone que conviven los heteros con los gays en amable armonía, un mundo de mente abierta… quien piense que no importa eso de que un modelo masculino salga en un blog gay… cuidadín, que a algunos, no les hace mucha gracia. Y algunos tiene por costumbre escribir para hacer retirar sus fotos de esos blogs de perversión. A lo mejor no lo hacen ellos mismos, pero sí sus agencias.

En fin, qué cosas pasan… ains.

Una buena mañana para correr (16)

Fermín llegó pronto al “Carmen 13”. Casi con media hora de anticipación. Había quedado con Gervasio.

Esa semana, todo había sido muy… raro.  El chico ese con el que ligó y que luego se creyó con derecho poco menos que al altar, la desaparición de Joan la noche que apareció en casa el tarugo ese… creía que tenían al Joan este en la palma de la mano, y resulta que se larga sin decir ni mú. “Por mí como si se la corta”, pensó Fermín. Era un chico que no le merecía. Encima que le daba otra oportunidad porque Jaime le había dicho que lo estaba pasando mal… y resulta que va y se larga. Era una pena porque era muy bueno en la cama. No recordaba haber tenido otro que le hiciera gozar como Joan. Pero… “qué le den”.

Y el Carlos ese… patético. Encima que no valía un pimiento, el jovenzuelo ese, no tenía ni medio polvo. Se cree con derecho a algo. Las gracias le tenía que haber dado, por haberle enseñado un par de cosas en la cama… gilipollas…

Seguro, pensó Fermín, que el Joan este se había ido con el otro. Se creerían los dos con derechos, porque sufren. ¿Y lo que sufre él? ¿O es que todos tenían derecho a sufrir y él no? Parecía que todos podían ser víctimas menos él.

Se levantó a pedir otra cerveza. La primera se la había terminado en un suspiro.

Y ahora Gervasio. Pero… ¿Por qué se pillaría por este idiota? Eso sí, ya le podía explicar y ser convincente. Porque si no le mandaba a freír espárragos. El puta de él… casado y con hijos… ¿Y Joan? ¿Sabría que volvía? Que raro… a lo mejor por eso se fue, pensó Fermín. ¿Le escucharía hablar con él? ¿O le habría llamado antes a él?

Puto Joan. ¿Por qué se liaría con él? Por muy bueno que fuera en la cama… estas complicaciones… esos días que estuvo fuera, echó unos polvos fantásticos sin tanta complicación.

Sonó su móvil. Un mensaje. Era Gervasio avisándole de que llegaría un poco antes. Mira, que bien, así tendría que esperar un poco menos. Se había pasado con el adelanto… menos mal que hoy no parecía que iban a tener actuación. Ese local suele tener pequeñas actuaciones entre semana. Se conoce que los viernes no tienen. O ese no tenían…

Mira el reloj. Gervasio debe estar a punto de llegar. Como si le hubiera escuchado los pensamientos, Gervasio aparece en ese instante. Mira a su alrededor, buscando a Fermín. Lo ve.

Sonríe y saluda con la mano.

Se acerca decidido.

Fermín se levanta con una sonrisa de oreja a oreja.

Se dan un beso.

Se abrazan.

Un abrazo largo.

Apretado.

A Fermín le han desaparecido todas las ganas de interrogar a Gervasio.

A Fermín se le ha vuelto a poner cara de gilipollas.

Se sientan.

Fermín se levanta a por un par de cervezas.

Gervasio se quita su abrigo.

Saca del bolsillo un pequeño paquetito.

Fermín vuelve con las cervezas.

Se encuentra en su sitio el paquetito.

Se emociona. “¿Un regalo?” pregunta con esa cara típica de los colgados por alguien cuando ese alguien le hace un regalo sorpresa.

Gervasio le dice “Sí cari, para que siempre me recuerdes”

“Si yo siempre te recuerdo”.

“Así me recuerdas más”

Fermín lo abre.

Es una pulserita  dorada.

Fermín se emociona más si cabe.

Se la pone

Se incorpora, y a través de la mesa, le besa a Gervasio, y de paso tira su cerveza sobre la mesa.

Pone perdido a Gervasio de cerveza.

– Ahora no te quedará más remedio que quitarte la ropa en casa para lavarla.

Se ríen los dos.

– Hola.

Levantan los dos la mirada.

– Heyyyyyyyyy – contesta Gervasio.

Fermín no dice nada. Se queda pasmado.

Es Joan.

Son las 5 de la tarde.

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Capítulo 1.

Capítulo 2.

Capítulo 3.

Capítulo 4.

Capítulo 5.

Capítulo 6.

Capítulo 7.

Capítulo 8.

Capítulo 9.

Capítulo 10.

Capítulo 11.

Capítulo 12.

Capítulo 13.

Capítulo 14.

Capítulo 15.

Historia completa.

Historia completa seguida (nuevo)

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Novedad:

He preparado una página con este relato seguido, para que sea más fácil de leer.

Así que si os apetece leer el relato completo, podéis pinchar aquí.

Poco a poco iré agrupando los diferentes capítulos de los relatos que he publicado, para que se puedan leer sin necesidad de ir buscando los diferentes post.  Las historias de tatojimmy, se llama. Ahí podréis pinchar en cada relato para leerlo como si fuera un libro.

Esto es el primer paso, camino al papel… jijijijiji.

Muchas gracias de antemano por vuestra complicidad.

Un puto día…

Otra cita fallida.

Otra entrevista de trabajo «Ya le avisaremos».

Cuando me organicé el día, pensé que nada podía salir mal. Ese chico del chat, parecía hecho a mi medida. Unos días de trabajármelo en el messenger, unos mensajitos en el tuenti, unos SMS… ya estaba  a punto. Hoy iba a ser un gran día, pensé.

Surgió esta entrevista de trabajo. Una gran empresa, un  puesto apetecible. Ni me acordaba de que había mandado currículum. Y llegó el mensaje. Justo el día de la cita. Al principio maldije mi suerte, pero luego pensé que era una señal, y que todo sería genial. Polvo con ese chico cañón, y buen trabajo con buenos leuros,  para mandar a mis viejos a tomar por culo. Bueno, al revés, la entrevista era antes del polvo.

La entrevista… una mierda. La tía empezó a hablar en inglés, con un cierto aire prepotente, y me me sacó de quicio.  Se creía la tía que era lo más… con su acento impoluto de Oxford. Yo la contesté en mi perfecto inglés del Bronx. Creo que no le hizo mucha gracia… para tener que aguantar a una tía así, mejor que la den.

Y encima me hizo perder toda la tarde. Llegué follado a la cita. Alberto. No, Giliberto. Gilipollas perdido. Las fotos que había visto de él, debieron ser con efectos especiales. Será mamón el tío. Y encima, el gilipichis de él, me dice que no le gusto. Que el traje, que se le ha bajado… ¡¡Será imbécil!!

Ahí mismo se ha quedado. Y no le he dado una hostia, porque… porque… porque… no sé todavía por qué.

No tengo ganas ni de quitarme la chaqueta. Creo que me quedaré a dormir en la butaca. No quiero pensar más hoy. No quiero pensar en este puto día, y en mi puta vida. Ni en ese puto trabajo que he perdido, por estar pensando en un puto gilipollas, que encima no me ha dejado ni la oportunidad de darle la patada. Me la ha dado a mí.

Relájate Raúl.

Los hombros me pesan… no puedo ya con este aire de seguridad con el que voy a todos sitios. No soy así… por momentos me siento cansado… agotado…

No quiero ser ya ese yo…

Pero… ¿qué «yo» quiero ser?

Mi paraguas… me lo perdieron… atarde… cuando paseaba…

(El título es necesario cantarlo dándo palmas y con voz de Manolo Escobar)

Y perdí el paraguas…

Yo que siempre he tenido en la cabeza la imagen de Mary Poppins en la cabeza, cantando esas canciones tan cursis (¿será por ello que me gustan los paraguas?), estaba yo caminando por Madrid, camino de una cita “amigable”, y de repente fui consciente de que, el paraguas que durante tanto tiempo me había acompañado, ese paraguas que estaba el pobre medio roto, cochambroso, con ese mango estupendo con esa forma que tanta admiración despertaba en los que lo veían… había decidido abandonarme.

Yo pensaba que los paraguas eran distintos a las personas. Que su fidelidad estaba a prueba de bombas… Pero está claro que no. el paraguas me abandonó.

Me viene a la cabeza también ahora esta otra peli “Los paraguas de Chesburgo”.

¿Habéis hecho algún juego erótico con paraguas? No, que os veo. No me refiero a introducirlo suavemente… y luego abrirlo… no. Pero con ese mango curvo… ¡hummmmm!  Y quizás un bailecito en el salón de casa, ante tu chico o tus chicos… porque a lo mejor tú tienes muchos chicos. O tú, que eres chapero, y tienes que sorprender a un cliente especial, que te paga una pasta por bailar encima de la mesa…

Veo que no es el caso de ninguno de vosotros.

Así que volví de Madrid, con menos equipaje del que me fui.

Y volví con la boca seca. Y hecho polvo. No, no he dicho “eché un polvo” sino “hecho polvo”. Para que luego la gente piense que las «h» no sirven de nada.

Ahora que lo pienso, no sé si con el paraguas perdí algo más…

Si algo no sé escribir, es un relato de una de estas escapadas. Me siento ridículo haciendo. Me pongo pasteloso. O trascendente. Así que paso. Una pena eso sí, de algunos con los que no pude estar. O con otros que estuve poco tiempo. A algunos otros les aburrí un poco más… creo que estos últimos están sometidos hoy a un tratamiento psicológico de urgencia, para evitar que se corten las venas.

¿Sabéis alguna peli más de paraguas?

He perdido mi paraguas. Era un buen paraguas. No de estos de todo a 60 céntimos. Me ha acompañado en tantas excursiones, en tantas tormentas… pero ya se cansó el capullo de él. Se cansó de acompañarme. De protegerme. En el fondo es como todos… todos los hombres sois iguales. Tendré que cambiarme de acera, a mis años… ¿Las capuchas serán más fieles?

En fin.

Menos mal que ya tengo otro paraguas. Sí, ya, esto contradice al párrafo anterior. Pero es lo que hay. Jaime contradictorio. Y no, no digas nada que tú también lo eres. Y su mango, el del paraguas, digo, también es interesante. Tiene esa curva… como la curva del fin de la espalda… esa curva que me parece siempre tan interesante… tan erótica… tan pornográfica… tan estimulante… tan…

Si alguien encuentra mi paraguas, por favor que me llame. Y si alguien quiere invitarme a tomar un algo, también.

Por cierto… ¿Dónde está la gente que le gusta dar besos, y abrazos? Yo solo conozco a uno que no le importa… y que me coge del brazo al pasear… ¿Alguien que no le de repelús que le toquen? Jijijijiji.